viernes, 19 de abril de 2024

UNA CIUDAD JUNTO AL MAR - RAYOS DE SOL VAN ROMPIENDO...

 

Una ciudad junto al mar

 

 

Rayos de sol van rompiendo

la mañana boreal,

besando sobre el cristal

las luces que van saliendo.

                 

Olas rompiendo en la orilla

de mi bonita ciudad,

bañando con blanca sal

tristezas de una barquita.

                 

Una barquita pequeña

sobre la arena varada

muy triste y desconsolada

cubierta de llanto y  pena.

                 

A su vera me acerqué

al verla tan triste y sola

fuera de las blancas olas

sin su viejo timonel.

                 

¡Le pregunté!,   que te ocurre

que te encuentro abandonada

sobre la orilla varada,

¿quieres que la mar te entierre?.

 

Y con su pena y dolor

de ésta manera me habló:

Si es que ya no viene a verme

prefiero estar enterrada,

bajo la arena mojada

y de él desentenderme.

 

Alumbraba blanca luna

en cielo oscuro de estrellas,

soñando quedó con ellas,

yo, con mi niña en su cuna.

             

Estábamos en la orilla

a donde ella se encontraba,

solita de madrugada

varada sobre su quilla.

                 

Me quedé sobre la barca

contemplando las estrellas,

y contando las más bellas

hasta las luces del alba.

                 

Mirando siempre a la mar

un marinero de bronce

lloraba en su pedestal,

por la barca que él conoce.

                  

Y mirando al horizonte 

la vio tan triste en la arena,

que quiso dejar su pena 

en esa estatua de bronce.

                 

Se quiso hacer a la mar

entre las olas y el viento,

que llega de barlovento

cargado de blanca sal.

                 

Quiso ponerle una vela

que se abriera con el viento,

la llevara mar adentro

dejando una blanca estela.

                 

Sueños de noche estrellada

como mi niña Manuela,

pasando la noche en vela

hasta llegar la alborada.

                  

Dormido quedé a su vera

hasta los rayos del sol,

que al salir la despertó

cuál bonita primavera.

                 

Por la orilla de la mar

vi llegar un marinero

con gorra de capitán

de ese barquito velero.

                  

Al llegar junto a la barca

a su mura le dio un beso ,

que la llenó de embeleso

diciéndole, ¡Cuanto te quiero!.

                 

Y hacia la mar la llevó

Y en ella pudo notar

cuando ya empezó a flotar

su alegría y su pasión.

 

José Ares Mateos

 

0 comentarios:

El tiempo que hará...