No existe todavía un verdadero biógrafo de Pedro Sáinz de Andino, el ilustre autor del Código de Comercio y promotor de tantas insignes empresas mercantiles y jurídicas. Esta desproporción entre las escasas noticias de su persona y la enorme importancia de su obra es, como dice el exministro Don Jesús Rubio, “extrema y extraña”. Deseoso de remediar en lo posible dicha laguna, Rubio, en su obra Sáinz de Andino y la codificación mercantil (Madrid, 1950), recogió algunos datos del jurista y de sus familiares, tomados fundamentalmente de la Información de Hidalguía, etc., para el ingreso de Don Pedro en la Orden de Carlos III. Hemos querido perfeccionar la tarea, aportando nuevas noticias relativas a la estirpe del jurista alcalaíno, para lo que nos han servido, sobre todo, las referencias halladas en los expedientes alcalaínos en el Archivo de la Curia Diocesana de Cádiz, relativos a Rufino (1801) y Juan de Andino (1783).
Contra lo que dice Rubio, el abuelo de Sáinz de Andino no contrajo matrimonio en Cádiz, sino en Bornos (véase partida de bautismo del hijo Juan). Después de la boda se estableció en Ubrique, donde nació su hijo Rufino, y luego en Medina Sidonia, donde nació el 8 de febrero de 1759 su segundogénito Juan es mayor que Rufino. Juan, bautizado el siguiente día 10 (libro 25, folio 65). Seguramente ya nacida también la hija María (de la que se sabe ahora por vez primera y que casaría con Julián Japón, natural de la Puebla de Coria), pasó a Alcalá de los Gazules hacia 1777. En Alcalá figura la defunción del abuelo de nuestro jurista, al libro 7, folio 32 vuelto, el 6 de noviembre de 1785, habiendo testado el anterior día 2, ante don Gaspar Troyano, escribano del Cabildo y público de la villa, y nombrado herederos a sus hijos. Expresamente declara no tener bienes propios, ni de su mujer, sino sólo gananciales. La viuda, doña Petronila Pinceti, casó en segundas nupcias con don Pablo Villoslada, y falleció en 1797, dejando también su herencia a los tres citados hijos (libro 7, folio 180 vuelto).
Juan de Andino y Pinceti tuvo sus dificultades para casarse –como al fin lo logró- con la alcalaína Isabel Álvarez Sánchez, en cuyos trámites firman los padres de los contrayentes otorgando su permiso. Por cierto que el padre de la novia era Antonio Álvarez del Cristo, apellido que se relaciona tradicionalmente con el cortijo del Saltillo o del Cristo, y con la estirpe del célebre Mendizábal (don Juan Álvarez Méndez).
Rufino, el padre de nuestro ilustre paisano, casó dos veces. La primera, el 28 de abril de 1784 (libro 13, folio 21), en Alcalá y con la alcalaína doña Elvira Álvarez Sánchez, que a pesar de la identidad de apellidos, no es hermana de la citada doña Isabel, pues aquella era hija de los también alcalaínos don Pedro Bernardo de Álvarez Vitorino y doña Francisca Sánchez López Daza. Los Álvarez Vitorino fueron hidalgos, como consta, por ejemplo, en la excepción de alistamiento el año 1782 de don Sebastián, hijo de don Pedro Bernardo y hermano de doña Elvira. Tenían casa en la calle de los Pozos, y debe rectificarse la afirmación de Rubio de que era una “modestísima familia labradora”. Rubio ha confundido personas, pues los que da por padres de doña Elvira son sus abuelos: Pedro Álvarez Terón y doña María de Oliva, los cuales sí eran trabajadores modestos. Pero los padres de doña Elvira eran ricos, con labranza y ganadería de envergadura, como consta por la partición de bienes al fallecimiento de la madre, doña Francisca, en la que entraron a la herencia cinco hijos, recibiendo cada uno un lote apreciable. (Escritura ante el escribano de Alcalá don Rafael González de Lora, el 4 de Septiembre de 1808).
Don Rufino fue diputado del Pósito Común de Alcalá en 1789.
Del matrimonio de Rufino con Elvira nació el jurisconsulto don Pedro Sáinz de Andino y Álvarez. Pero fallecida su madre el 23 de octubre de 1800 en Puerto Real (a donde se trasladó el matrimonio en 1791), el viudo contrajo nuevas nupcias con doña María Gómez y Farfán de los Godos, natural de Lora del Rio y viuda a su vez de don Pedro Moreno, el cual había fallecido en Alcalá de los Gazules. Es curioso el dato de que ambos consortes premuertos lo fueron en la epidemia de fiebre amarilla de 1800, sí bien uno en Puerto Real y otro en Alcalá; también lo es la noticia marginal del fallecimiento en la misma epidemia del maestrante de Ronda don Alonso Delgado de Mendoza y Peña, padrino que había sido del futuro gran jurista. Don Alonso, administrador del Duque, debió traerse de Medina a los Andino; precisamente ese año de 1800, a 23 de septiembre, continua don Rufino desempeñando el empleo de Fiel Interventor de la almona de Puerto Real, de los privativos de la Casa Ducal de Alcalá (Medinaceli), en la que sirvió también su padre. En 1803, Rufino vuelve a Alcalá al ser Mayordomo de Propios; seguía con este cargo en 1806. Doña María Gómez dio a luz a Josefa Sáinz de Andino, hermanastra de nuestro don Pedro, la cual casó con don Hipólito Abela Echarri.
La madre del jurisconsulto, doña Elvira, tenía 36 años al morir, y otorgó testamento ante don Lorenzo Pereira, escribano portorrealeño. Al contraer su padre las segundas nupcias, nuestro Pedro tenía 15 años, era Bachiller en Teología e iniciaba su carrera universitaria en Sevilla.
De María del Carmen Sáinz de Andino y Álvarez se sabe que casó con un Salido, del que tuvo dos hijas: María Cayetana y Ángela.
Rufino José, hermano también del autor del primer Código español de Comercio, era en 1842 Teniente de Caballería retirado, y fue agraciado, como su hermano Pedro, con el nombramiento de Caballero supernumerario de “la Real y distinguida” Orden de Carlos III (expediente en el Archivo Histórico Nacional, nº 2.452). En la asamblea de la Orden de 27 de Noviembre de 1830 había sido aprobada la información de don Pedro (A.H.N. nº 2.066).
A la vista de la pertenencia a esta Orden de los Sáinz de Andino, bien se comprende una vez más las frases de don Vicente Vignau respecto al “Índice de pruebas” de los Caballeros de Carlos III, publicado en 1904: que constituye no sólo un tesoro inapreciable de documentos genealógicos relacionados con un número considerable de familias ilustres, sino el fondo biográfico de la mayor parte de los hombres públicos de alta consideración que han florecido en España en estos tres cuartos de siglo, y fueron condecorados con esta distinción, tenida siempre en la más alta estima”.
Contra lo que dice Rubio, el abuelo de Sáinz de Andino no contrajo matrimonio en Cádiz, sino en Bornos (véase partida de bautismo del hijo Juan). Después de la boda se estableció en Ubrique, donde nació su hijo Rufino, y luego en Medina Sidonia, donde nació el 8 de febrero de 1759 su segundogénito Juan es mayor que Rufino. Juan, bautizado el siguiente día 10 (libro 25, folio 65). Seguramente ya nacida también la hija María (de la que se sabe ahora por vez primera y que casaría con Julián Japón, natural de la Puebla de Coria), pasó a Alcalá de los Gazules hacia 1777. En Alcalá figura la defunción del abuelo de nuestro jurista, al libro 7, folio 32 vuelto, el 6 de noviembre de 1785, habiendo testado el anterior día 2, ante don Gaspar Troyano, escribano del Cabildo y público de la villa, y nombrado herederos a sus hijos. Expresamente declara no tener bienes propios, ni de su mujer, sino sólo gananciales. La viuda, doña Petronila Pinceti, casó en segundas nupcias con don Pablo Villoslada, y falleció en 1797, dejando también su herencia a los tres citados hijos (libro 7, folio 180 vuelto).
Juan de Andino y Pinceti tuvo sus dificultades para casarse –como al fin lo logró- con la alcalaína Isabel Álvarez Sánchez, en cuyos trámites firman los padres de los contrayentes otorgando su permiso. Por cierto que el padre de la novia era Antonio Álvarez del Cristo, apellido que se relaciona tradicionalmente con el cortijo del Saltillo o del Cristo, y con la estirpe del célebre Mendizábal (don Juan Álvarez Méndez).
Rufino, el padre de nuestro ilustre paisano, casó dos veces. La primera, el 28 de abril de 1784 (libro 13, folio 21), en Alcalá y con la alcalaína doña Elvira Álvarez Sánchez, que a pesar de la identidad de apellidos, no es hermana de la citada doña Isabel, pues aquella era hija de los también alcalaínos don Pedro Bernardo de Álvarez Vitorino y doña Francisca Sánchez López Daza. Los Álvarez Vitorino fueron hidalgos, como consta, por ejemplo, en la excepción de alistamiento el año 1782 de don Sebastián, hijo de don Pedro Bernardo y hermano de doña Elvira. Tenían casa en la calle de los Pozos, y debe rectificarse la afirmación de Rubio de que era una “modestísima familia labradora”. Rubio ha confundido personas, pues los que da por padres de doña Elvira son sus abuelos: Pedro Álvarez Terón y doña María de Oliva, los cuales sí eran trabajadores modestos. Pero los padres de doña Elvira eran ricos, con labranza y ganadería de envergadura, como consta por la partición de bienes al fallecimiento de la madre, doña Francisca, en la que entraron a la herencia cinco hijos, recibiendo cada uno un lote apreciable. (Escritura ante el escribano de Alcalá don Rafael González de Lora, el 4 de Septiembre de 1808).
Don Rufino fue diputado del Pósito Común de Alcalá en 1789.
Del matrimonio de Rufino con Elvira nació el jurisconsulto don Pedro Sáinz de Andino y Álvarez. Pero fallecida su madre el 23 de octubre de 1800 en Puerto Real (a donde se trasladó el matrimonio en 1791), el viudo contrajo nuevas nupcias con doña María Gómez y Farfán de los Godos, natural de Lora del Rio y viuda a su vez de don Pedro Moreno, el cual había fallecido en Alcalá de los Gazules. Es curioso el dato de que ambos consortes premuertos lo fueron en la epidemia de fiebre amarilla de 1800, sí bien uno en Puerto Real y otro en Alcalá; también lo es la noticia marginal del fallecimiento en la misma epidemia del maestrante de Ronda don Alonso Delgado de Mendoza y Peña, padrino que había sido del futuro gran jurista. Don Alonso, administrador del Duque, debió traerse de Medina a los Andino; precisamente ese año de 1800, a 23 de septiembre, continua don Rufino desempeñando el empleo de Fiel Interventor de la almona de Puerto Real, de los privativos de la Casa Ducal de Alcalá (Medinaceli), en la que sirvió también su padre. En 1803, Rufino vuelve a Alcalá al ser Mayordomo de Propios; seguía con este cargo en 1806. Doña María Gómez dio a luz a Josefa Sáinz de Andino, hermanastra de nuestro don Pedro, la cual casó con don Hipólito Abela Echarri.
La madre del jurisconsulto, doña Elvira, tenía 36 años al morir, y otorgó testamento ante don Lorenzo Pereira, escribano portorrealeño. Al contraer su padre las segundas nupcias, nuestro Pedro tenía 15 años, era Bachiller en Teología e iniciaba su carrera universitaria en Sevilla.
De María del Carmen Sáinz de Andino y Álvarez se sabe que casó con un Salido, del que tuvo dos hijas: María Cayetana y Ángela.
Rufino José, hermano también del autor del primer Código español de Comercio, era en 1842 Teniente de Caballería retirado, y fue agraciado, como su hermano Pedro, con el nombramiento de Caballero supernumerario de “la Real y distinguida” Orden de Carlos III (expediente en el Archivo Histórico Nacional, nº 2.452). En la asamblea de la Orden de 27 de Noviembre de 1830 había sido aprobada la información de don Pedro (A.H.N. nº 2.066).
A la vista de la pertenencia a esta Orden de los Sáinz de Andino, bien se comprende una vez más las frases de don Vicente Vignau respecto al “Índice de pruebas” de los Caballeros de Carlos III, publicado en 1904: que constituye no sólo un tesoro inapreciable de documentos genealógicos relacionados con un número considerable de familias ilustres, sino el fondo biográfico de la mayor parte de los hombres públicos de alta consideración que han florecido en España en estos tres cuartos de siglo, y fueron condecorados con esta distinción, tenida siempre en la más alta estima”.
Fernando Toscano de Puelles
Fiestas y Velada en Alcalá de los Gazules en honor de
Nuestra Señora de los Santos, Patrona de nuestra Ciudad.
Domingo 14 de septiembre de 1.969
Domingo 14 de septiembre de 1.969
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