lunes, 13 de junio de 2011

HASTA SIEMPRE, PADRE MARCO


1º.- Introducción

Hace ya algunos días, se extendió por nuestro pueblo la noticia de la marcha a Roma de nuestro párroco Marco Antonio Huelga de la Luz. Inmediatamente surgió la idea de hacer un reconocimiento público de sus cinco años de labor pastoral y entrega a la comunidad cristiana de Alcalá de los Gazules. Le vi por primera vez en la Alameda, cerca de la iglesia de la Victoria. Venía con un amigo para conocer el pueblo al que estaba recién destinado. Aunque le conocí mucho antes, cuando con ocasión de la reapertura de la Iglesia de la Victoria, una vez finalizadas las obras de sustitución de la solería de la misma, acompañaba, como secretario, a don Antonio Ceballos Atienza, Obispo de Cádiz, para la misa de acción de gracias.

Pocos días después, tomaría posesión de su cargo. Fue el 12 de septiembre de 2006, festividad del Dulce Nombre de María. El Padre Marco Antonio, llegaba a Alcalá para asumir la tarea pastoral de la parroquia del Mártir San Jorge. Al verlo, tuvimos la sensación de que una bocanada de aire nuevo llegaba a nuestro pueblo en beneficio de los niños, de los jóvenes y de los mayores; es decir, de todos.

Hoy, después de cinco años de entrega, tenemos que reconocer que aquella primera intuición que tuvimos se ha cumplido con creces. Cinco años de intenso trabajo en la vida de un joven sacerdote, de 35 años, dan para mucho. Y, efectivamente, le hemos visto atareado en su trabajo sacerdotal, en su ministerio sacramental y en su oratoria sagrada, como pregonero del Evangelio.

Ni que decir tiene que la total entrega de un sacerdote a sus tareas pastorales, durante cinco años, dejan jirones de su vida que no olvidará nunca. Alcalá quedará grabada en su alma para siempre. Pero la persona del Padre Marco quedará también grabada en nuestras vidas para siempre.

El sacerdote ha sido consagrado para dar a todo el que se acerca a pedirle algo: los pobres, dinero; los ricos, seguridad; los tristes consuelo; los débiles, estímulo; los luchadores, fortaleza, los cercanos, amistad. Y, si no puede dar, reparte sonrisas, apretones de manos y palabras de aliento. Al caer la noche, clava sus rodillas en tierra para decir ante el Padre: ¡Gracias, porque he dado todo lo que he podido!

Pero vamos por parte, porque han sido muchos los tiempos fuertes que hemos vivido con él. Y se nos va y, quizás, sin que conozcamos a fondo su vida. Voy a intentar hilvanar algunos de los hitos más destacados.

1.- Antes de ser sacerdote

Sus padres vivían en la calle de la Rosa, típica zona del barrio más castizo de Cádiz, La Viña. Las paredes de sus calles las inundan rosas, geranios y claveles. El día 17 de julio de 1976, hace treinta y cinco años, Marco nacía en el Hospital de Mora de la ciudad. Nacer en Cádiz, en el hospital de Mora y vivir la infancia en La Viña eran privilegios que todos los gaditanos querrían tener. Por eso, los que no han nacido allí, pasan continuamente por su entorno para saborear su hálito gaditano. Y los forasteros preguntan siempre por dónde se va al barrio de la Viña, para dejar constancia de que han estado allí y han comido caballa de la bahía.

Pero Cádiz es, sobre todo, la ciudad trimilenaria, fundada el año 1100 a.C. por una colonia fenicia que viene en naves desde la ciudad de Tiro. El cristianismo llega muy pronto, en los primeros siglos de su creación, de la mano de los visigodos. La ermita de los Santos Mártires de Medina y la de los Santos Nuevos de Alcalá, entre otras, lo atestiguan.

Después de sus estudios primarios, hace su bachillerato y pasa a los Salesianos de la avenida de María Auxiliadora. Por allí ha pasado medio Cádiz y un buen número de jóvenes de toda la provincia. Fue la congregación que supo preparar a muchos gaditanos para seguir carreras profesionales y estudios universitarios. En la Escuela de Magisterio realizaría su vocación cristiana de pedagogo. Pero sospecho que esa admirable facilidad de palabra que el Padre Marco tiene, se la debe, además de a sus dotes naturales, a la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Cádiz.

Allí se especializó en Educación Musical y, más tarde, pasó al Conservatorio Manuel de Falla. Con esa nueva rama, se ha avanzado extraordinariamente en la formación infantil y juvenil de España. Los maestros reconocen que las dos asignaturas que acogen los alumnos con más entusiasmo son la Educación Musical y la Educación Física. Ambas, sin grandes esfuerzos, han conseguido lo que aconsejaban los romanos: “Mens sana in corpore sano.” (Alma sana en un cuerpo sano).

2.- La vocación y formación sacerdotal

Sin embargo, Dios había concebido el proyecto, llamado Marco Antonio, por otros caminos. El Espíritu sopla donde quiere y, en este caso, impulsó al joven Marco a que lo dejara todo e ingresara en el Seminario. El Seminario de San Bartolomé de Cádiz lo conoce todo el mundo. Está situado en una de la zonas más frecuentadas por los gaditanos y los visitantes; la plaza de la Catedral. Muy cerca se encuentra el famoso teatro romano. Y, frente, se sitúa la residencia de los Padres Jesuitas, que se hacían cargo, antiguamente, de la formación sacerdotal de los seminaristas.

Su formación teológica la completó en la Universidad Pontificia de Salamanca, adquiriendo el grado de licenciado. Salamanca es una de las ciudades universitarias clásicas por antonomasia. Por allí han pasado muchos de los genios de nuestra lengua y renombrados teólogos de la Iglesia española. Una vez terminado su período de formación, fue llamado por el obispo, para imponerle las manos.

El día 25 de julio de 2004 fue ordenado sacerdote en su parroquia de Santa Cruz, antigua catedral de Cádiz, por el obispo Don Antonio Ceballos Atienza. Ante su altar mayor y el retablo de Alejandro de Saavedra, celebraría su primera misa. E inmediatamente, como hizo Cristo con los apóstoles, el obispo le encomienda su primer destino.

3.- Su primer destino

El obispo le nombra párroco de Facinas, con una población de más de mil habitantes; Tahivilla, con unos 500, y Bolonia (Baelo Claudia), antigua ciudad romana en la ensenada de Tarifa, con otros tantos. Le envía a estos tres núcleos poblacionales de los términos de la ciudad de Tarifa, para predicar el Evangelio, administrar los sacramentos y atender a los pobres.

En cierta ocasión, le acompañamos para ir a saludar a tantos amigos como había dejado en Tahivilla. En la Barca de Vejer, compramos una tarta para celebrar el encuentro. Dicen que los sacerdotes aman siempre su primer destino como si fuera su primera novia. Y debe ser verdad, porque llegan para estrenar sus primeras ilusiones y los sueños que han concebido durante muchos años de Seminario. Las tres poblaciones, además, tenían sus encantos para realizar una labor pastoral de primera mano.

4.- Inefable pregonero

Una cualidad incuestionable del Padre Marco son sus dotes oratorias. Desde el principio de su sacerdocio, estuvo vinculado al mundo cofrade. Comenzó siendo hermano del Nazareno del Amor, de la propia Palma y del Cristo del Silencio de Córdoba, así como del Silencio y de los Estudiantes de Sevilla.

Antes, había debutado como pregonero de la Juventud Cofrade en 1995. Poco después, pregonero de la Semana Santa de Barbate en 1997, de Vejer de la Frontera en el año 2000, y de Tarifa en el 2005. Su fama de pregonero de la Semana Santa y de celebraciones marianas se extendieron por las cofradías y hermandades de la provincia y en la misma ciudad de Sevilla, capital de la Semana Santa Andaluza.

El 22 de julio de 2005, el Padre Marco Antonio fue designado por la Junta de Gobierno de la Archicofradía de la Palma Coronada, como pregonero de la de María Santísima de las Penas para la Cuaresma de 2006.

En 2007, de la Semana Santa de Cádiz. La prensa de la capital decía: Con sólo treinta años, Marco Antonio Huelga de la Luz, se convertirá en pregonero de la Semana Santa de Cádiz. El día 25 de marzo, este joven sacerdote, párroco de Alcalá de los Gazules, ofrecerá a Cádiz su visión sobre la Semana Mayor. Aunque Marco Antonio Huelga ya ha sido pregonero de la Virgen de las Penas de la Cofradía de la Palma, siente una responsabilidad muy especial con la redacción del pregón que abrirá la fiesta.” En una de las entrevistas que le hicieron, comentó: “Ser pregonero de la Semana Santa de Cádiz significa ser profeta en mi tierra y, por tanto, es una satisfacción y un orgullo, además de una gran responsabilidad.”

Fui a oír el pregón al Gran Teatro Falla de Cádiz, con mi cuñado Jaime Guerra. Un pregón magnífico del que recuerdo lo siguiente: “Y para ello llega este cura de pueblo, hijo de tus hijos. Desde Alcalá de los Gazules llega un sacerdote a esta tierra de la que partió hace algo más de dos años, para emprender un camino de búsqueda constante de Dios, para ser pescador de hombres sin temer a nada. Y para ser misionero del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.”

Y unos versos cantaban:

“Que resuenen las campanas

de mi Cádiz milenario

Que redoblen en su cielo,

Que besen su relicario,

En el rostro de su Madre

De la Virgen del Rosario.”

En muchas de sus homilías le gustaba decir:

“No parecía un hombre

Ni rostro de hombre tenía.

No le pudimos quitar,

Un poco de su agonía,

Ni el dolor que les produjo

El Rosal de sus espinas.”

En otra ocasión, estuvimos en Sevilla, donde hizo de guía para enseñarnos varias iglesias. Nos dejó un grato recuerdo la visita a la Esperanza de Triana, en la calle Pureza, donde nos encontramos con Manuel Fernández-Armenta Pastor. Pudimos comprobar su sensibilidad extraordinaria para captar el arte, la fisonomía, el rostro y los gestos de las imágenes.

5.-Párroco de Alcalá de los Gazules

Hace cinco años, llegaste a Alcalá. Desde el principio nos sentimos muy unidos a ti. Hemos emprendido muchas cosas juntos, muchas actividades unidos y muchos viajes en compañía. Eso lo llevamos en nuestra alma y lo conservaremos siempre. La amistad, por breve que sea, nos deja siempre tiempo para el recuerdo y el reconocimiento. No podemos entender a los que dicen que no tienen tiempo para conservar a los amigos.

El aire, el agua y el sol no se vulgarizan porque se dan con esa copiosa y opulenta generosidad. Tampoco tú te has vulgarizado porque te diste desde el primer día a nuestro pueblo. Alguien ha dicho que, por fortuna, las estrellas no pierden su aristocracia por brillar cada noche.

Ya no te veremos atravesar cada día las calles de nuestro pueblo, pero cuando lleguen las noches, nos acordaremos de ti. Siempre permanecerás en nuestros corazones, siempre te recordaremos. Te imaginaremos en la explanada del Vaticano, en las clases de la Universidad Gregoriana, en los rincones cargados de arte, en las ruinas fantásticas de los templos paganos y en las basílicas cristianas de la actualidad.

Nada estará lejos de ti. ¿Qué importan las distancias? Existen sólo para el cuerpo, pero no para el alma. Siempre tendrás la mejor posesión, la posesión de Dios. Y con ella, la de tu querido pueblo adoptivo de Alcalá de los Gazules. Si bien se mira, todo se encuentra a nuestro alcance. No hay estrella a la que tú no puedas llamar tuya. Déjate ir y venir a través del Universo. Hasta siempre, Padre Marco.


Andrés Moreno Camacho

Inés Guerra Martínez

13 de junio de 2011

Festividad de San Antonio de Padua

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Queridos Andrés e Inés:

No dejo de emocionarme al leer vuestras líneas tan cargadas de sinceridad y amistad. Ha sido un regalo muy grande que vosotros y yo sabemos que viene seguro de Dios. Ese Dios de las cosas pequeñas que ha permitido también cosas tan hermosas y grandes a la vez.

Ahora comienza un tiempo nuevo para todos. Para Alcalá que recibirá otro nuevo sacerdote y para mí que dejo atrás este pueblo tan querido y que considero mío también.

El encanto de las rosas es que siendo tan hermosas no conocen que lo son. Hoy por hoy me quedo con la dulce fragancia de todas ellas. Atrás dejo muchos amigos entre los que vosotros ocupáis un verdadero sitio. Como decía el Principito, lo esencial es invisible a los ojos. Y a los hechos me remito. Ahora queda un lugar grande para el amor auténtico y eterno que recibimos de Dios y compartimos con todos.

Me ha dado mucha alegría recordar todas esas experiencias que hemos pasado juntos. Jejejeje, por cierto, aquel día de Sevilla estuvimos también saboreando las pastitas de Ochoa, casi naaa.

En fin, son muchos buenos recuerdos que atestiguan lo que debe permancer siempre que es la amistad.

Esta noche voy a mirar a la luna, y quiero que vosotros también la miréis. Dentro de unos meses, vosotros veréis una cara de esa luna y yo veré otra. Pero sabéis una cosa, siempre será la misma. Y siempre ha sido la misma. Ojalá cuando la miremos sepamos que los tres estamos disfrutando de lo más hermoso que ha creado Dios para todos sus hijos.

Rezadle mucho a la Virgen de los Santos por este cura de pueblo que ahora se marcha a Roma. Decidle muy bajito que me ayude a seguir siendo el mismo, y rogadle que jamás me olvide de quienes formásteis parte importante de mi vida.

Ya todo lo que no importe lo envolvemos en un paquete y lo mandamos al cielo, afrontemos el futuro sin miedo y vivamos el presente con una amistad que se hace nueva en Cristo.

Un abrazo muy fuerte, rezo por vosotros y os bendigo desde donde esté. Hasta siempre.

Marco Antonio Huelga
Vuestro Cura

El tiempo que hará...