lunes, 21 de noviembre de 2011

EVOCACIONES ALCALAÍNAS

ALFONSO X EL SABIO Y ALCALÁ

Al Rey Alfonso X el Sabio se le ha llamado “Cantor de Santa María”. Eso se debe a los 420 cantos o poemas, escritos en lengua galaica, que dedicó en alabanza a la Santísima Virgen. Son atribuidas a la inspiración poética del Rey Sabio, también denominado “El Rey Poeta”. Hoy se cree que muchas de ellas fueron debidas a los poetas que el rey atrajo a la corte. Casi todas las cantigas tienen carácter narrativo y cuentan las piadosas leyendas de hechos prodigiosos atribuidos a la Santísima Virgen en la Edad Media.

Sobre las cantigas de esos hechos legendarios, existe un aspecto real, la devoción del Rey Poeta a la Santísima Virgen. Esa estela piadosa ha permanecido en las plazas fuertes que el Rey arrebató a los moros. Entre ellas se encuentran tres ciudades conquistadas por Alfonso X: Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María y Alcalá de los Gazules. Las tres conservan un sustrato popular de profundas tradiciones marianas.

El historiador portuense Hipólito Sancho escribió una serie de artículos, en 1935, donde ofrece el catálogo de las Cantigas del Rey Sabio. De los 420 poemas, 24 están dedicados a Santa María del Puerto, nombre que vino a sustituir al arábigo de Alcanatif, al incorporar Alfonso X, a Cádiz, a la Corona de Castilla. En 1281, el rey funda en Alcanatif la nueva puebla de Santa María del Puerto.

La cantiga nº 345 recoge las vicisitudes de la toma de Jerez. El rey establece una fortaleza con mando cristiano, permitiendo a la población musulmana permanecer en la villa, dentro del clima de tolerancia ciudadana que respiraba la vida cotidiana de la España medieval. La confianza del rey fue traicionada por los moros y, con la ayuda del propio alcalde cristiano, Nuño, consiguen hacerse de nuevo con el dominio de la plaza.

A la llegada de los árabes a la Alcalá visigoda, la ciudad pasó a pertenecer a la cora de Medina Sidonia, pasando a llamarse “de Medina” y, más tarde “de los Gazules”. En 1248, se produce una insurrección general que hizo necesaria la reconquista el 23 de abril de este mismo año, festividad de San Jorge. Fue repoblada por soldados que se habían distinguido, con Alfonso XI al frente, en la batalla del Salado, y con homicidas perdonados si permanecían un año en la frontera.

En la batalla del Salado (abril de 1340) surge el nombre del santuario del “Jardal”. Este hecho obliga a Alfonso XI a disponer rápidamente la defensa de Tarifa con hombres de Jerez, Alcalá y otras ciudades. La victoria del Salado fue reconocida por los contemporáneos como una de las más grandes batallas de la Cristiandad. Varios siglos más tarde, el 12 de diciembre de 1723, fue levantada acta sobre la procedencia de la Virgen de los Santos, patrona de Alcalá.

Las tres ciudades -Jerez, El Puerto y Alcalá- han permanecido fieles a las raíces que Alfonso X el Sabio desarrolló, a través de sus conquistas, en las principales plazas fuertes conquistadas a los moros. A través de su historia, los Reyes concedieron a Alcalá varios privilegios. En 1830, Fernando VII le donó la“Feria de Ganados”. La romería de la Virgen de los Santos se ha fijado el domingo anterior al día 12 de septiembre, o el 12 si coincidiera en domingo, festividad del Dulce Nombre de María. Y Alcalá ostenta, como su mejor título, el patronazgo de la Virgen de los Santos Coronada.

JUAN LEIVA

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