miércoles, 19 de septiembre de 2012

ALCALÁ EN LA LIITERATURA





Introducción.- No intentamos, en absoluto, aportar todo lo que se ha dicho por escrito sobre Alcalá de los Gazules. Sería imposible recopilar toda la literatura histórica, lírica o el ensayo escrito sobre nuestro pueblo. Aspiramos a presentar un retrato, al que podemos llamar “Geografía Literaria” de Alcalá. Para ello acudiremos a los textos escritos y a las ilustraciones gráficas.

Iniciamos una nueva veta de temas, titulada “Alcalá en la Literatura”, que vienen a ampliar, con nuevas expresiones literarias, todo lo que hemos venido diciendo de nuestro pueblo con las “Evocaciones alcalaínas.” Alcalá ha sido exaltado no sólo por sus hijos ilustres, sino por escritores notables de la provincia, de Andalucía y de otras regiones de España. Con ello queremos completar, en “Mi Alcalá”, los rasgos que propios y extraños han descubierto con verdadero acierto. 

Sus lugares naturales y urbanos, sus mansiones y edificios, su benigno clima y sus factores económicos y humanos aparecen repetidamente descritos y narrados en las letras españolas. Desde Alfonso X el Sabio hasta la lírica actual no han faltado autores que hayan dedicado escogidas páginas a nuestro pueblo. Comenzamos en la Alcalá prehistórica, continuamos con la protohistoria de Alcalá, seguimos con su historia y llegamos hasta el tercer milenio en su segunda década. No queremos darle un carácter único y limitado a un solo género literario. Haremos el recorrido con los principales géneros literarios y la ilustración gráfica.

Pido perdón de antemano por los errores o ausencias que, sin pretenderlo, pueda haber. Tampoco nos plateamos un tiempo marcado. Intentaremos salir cada semana. Un puñado de prosas y versos, narraciones, descripciones  y diálogos aparecerán sobre Alcalá semanalmente. ¡Ojalá ayuden a conocer y divulgar todo lo que ha supuesto la historia y vida de nuestro pueblo!

Alcalá de los Gazules, Fiestas de la Virgen de los Santos. Año 2012.
 


“ALCALÁ, PARAJE PREHISTÓRICO”

Los historiadores Pablo Antón Solé[1] y Antonio Orozco Acuaviva[2]  nos ofrecieron, editada por la Diputación Provincial, en 1976, una Historia Medieval de Cádiz y su provincia, a través de sus castillos. La obra vino a llenar una gran laguna que existía en nuestra provincia sobre la riqueza histórica que significaban sus fortalezas y que nadie se había atrevido a tratar en profundidad.

En el capítulo dedicado al castillo de Alcalá, nos dicen: “Este paraje es rico en estaciones prehistóricas y parece que desde antiguo debió ser lugar fortificado, porque Madoz la relaciona con la antigua Regina de Plinio y Ptolomeo. No es de extrañar, por tanto, que fuese la fortaleza romana de “Turris Regina” o “Turrecina”.[3] O la Lascuta que señala Romero de Torres. Abundancia de restos romanos están citados en esta localidad, describiendo Madoz una lápida romana incrustada en la esquina de la derecha de la fachada oeste del torreón del castillo. Se tienen noticias, además, de otras lápidas similares de las que quedan recuerdos.”[4]

La situación de la antigua fortaleza romana explica esa razonable riqueza prehistórica, ya que Alcalá se erigió sobre la cumbre del cerro de la Coracha, zona crucial de los caminos desde la costa hasta el interior. Venía a ser la atalaya de toda la Vega del Barbate, tal como lo sigue siendo en la actualidad. Por su parte, Julio González, en su obra Inscripciones Romanas de la Provincia de Cádiz, en 1982, hace la siguiente transcripción del Bronce de Lascuta, según el Edicto  de Paulo Emilio, año de 189 a.C.:

Lucio Emilio, hijo de Lucio, general, ha decretado que los esclavos hastenses, que habitaban en la Torre Lascutana, fuesen libres, y también mandó que tuvieran y poseyeran campo y la ciudad, que entonces habían poseído, mientras quisiesen el pueblo y el Senado romano. Dado en el campamento del día 21 de enero.

Merece la pena que dediquemos algunas de nuestras páginas a recordar los hitos más importantes de nuestros inicios. Porque todo comenzó antes, mucho antes, cuando los turdetanos iberos o tartesios organizaron su monarquía. El año 237 a.C., Amilcar Barca desembarcaba en la colonia fenicia de Gadir para adueñarse de las riquezas mineras del sur de Iberia. Esto, a pesar de la tradición de comercio  con los cartagineses que hasta entonces había existido en la Turdetania, especialmente las del interior. Los turdetanos se opusieron a los cartagineses con la ayuda de los mercenarios celtíberos, pero Amilcar consiguió controlar las zonas mineras de Sierra Morena.

Hasta Regia (Jerez) llegaba hasta “Turris Regina” o “Lascuta” y hasta Turris Stella o Torrestrella. Pero los reyes turdetanos carecían de una organización capaz de hacer frente a los cartagineses. Los reyes turdetanos fueron rápidamente derrotados y asumidos por Cartago, hasta que los cartagineses iniciaron la marcha hacia el levante peninsular para fundar Akra Leuke que más tarde se convirtió en la Lucentum romana.

La religión turdetana es complicada, porque existen pocas fuentes y poca documentación arqueológica. Pero el ritual funerario se basa en la incineración, o más bien, en la cremación, ya que el cadáver, por falta de conseguir altas temperaturas, no se reducía totalmente a cenizas.
                                                                                                        


 JUAN LEIVA




[1] Antón Solé, Pablo, Cádiz, 1935. Licenciado en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Sevilla. Canónigo archivero de la catedral de Cádiz, director del Archivo Histórico Diocesano de la Biblioteca del Seminario Conciliar de San Bartolomé y profesor de Historia del Arte en la Escuela Universitaria del profesorado de EGB. Es académico numerario de la Real Hispanoamericana y Provincial de Bellas Artes de Cádiz y correspondiente de las Reales de Buenas letras y de Bellas Artes  de Santa Isabel de Hungría de Sevilla. Miembro del Consejo rector de la Cátedra Municipal de Cultura “Adolfo de Castro”.  Historia Medieval de Cádiz y su provincia. Pág. 257.
[2]  Cádiz, 1934. Catedrático de Historia de la Medicina de la Facultad de Cádiz. Académico de número y bibliotecario de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Cádiz y correspondiente de la Academia Nacional de Medicina, académico de la Real Academia de Bellas Artes de Cádiz, director de la Real Academia Hisaponoamericana y presidente del Ateneo de Cádiz, y miembros de diversas corporaciones científicas y culturales. Autor de la Historia de la Medicina gaditana , de Médicos escritores gaditanos y de La gaditana Frasquita Larrea, primera romántica española, entre otras obras. Idem. Pág. 257.
[3] González, Julio.
4  Idem Pág. 258. Pascual Madoz. Diccionario Geográfico. Madrid, 1845.T.I, pág. 374.

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