Hay una Alcalá, más corriente, más de
diario y más conocida por todos. Es una Alcalá sin retóricas ni frases
complicadas. Solo nombres. 66.
El Picacho, El Beaterio,
San Antonio, La Alameda,
El Prao, Patriste, El Lejío,
Las Peñas y el Monte Ortega.
El Convento, El Castillo,
La Victoria, El Control,
El Santuario, El Saltillo,
El Lario y La Puerta El Sol.
El trabajo y la rutina
el corcho y la calle Real,
el viento en cada esquina,
en cada “fachá”, la cal.
San Jorge, La Plaza Alta
y la Puerta de la Villa,
su sol, su cielo, su
“playa”,
también su gente sencilla.
El conejo, la perdiz,
Santo Domingo y la sal,
los perros, la escopeta
y la caña de pescar.
Cabrillas y caracoles,
espárragos, tagarnina,
las cartas, el mus, los
dados,
el “Chiclana” y la “Ina”.
Sequía o catarata,
el patrón y el colono,
el whisky o el cubata
el Pizarro y Paco Nono.
El calor y el “levante”
el caballo o la moto,
la guitarra y el cante,
“Campanero” o “Guay
Carloto”.
Los Molinos y los Pozos,
la Coracha y la “Salá”,
todo esto y … otro poco
es mi pueblo de Alcalá.
José Arjona
Atienza
Alcalá, 28
de febrero de 2013
Fragmento
del Pregón del año 1991.
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