Conviene diferenciar entonces dos
conceptos: suerte, por un lado, y buena suerte por el otro.
La “suerte”, entendida tal como nos
la presenta las definiciones al uso, tiene mucho que ver con el azar. Por
tanto, no es controlable ni reproducible por la voluntad humana. Caprichosa y
efímera, su aparición puede ser favorable, pero en cualquier caso su presencia
es ocasional y no dura para siempre.
No está de más recordar que la
amplísima mayoría de las personas que han obtenido un gran premio en juegos de
azar han perdido todo lo ganado al cabo de un lapso entre cuatro y siete años,
y además, su red de afectos ha salido gravemente dañada, debido a problemas
derivados de la falta de previsión, a la
escasez de preparación para gestionar la fortuna, al despilfarro o a la
vanidad.
Por otro lado, la buena suerte,
dicen aquellos que consideran tenerla, la crea uno mismo: uno es la causa de su
buena suerte. Quizás lo que ocurre es que a menudo parecemos olvidar los buenos
principios vinculados al sentido común, que conocían bien nuestros abuelos y
abuelas, pero que por ser obvios, son olvidados.
Es decir, yo diría que cada uno de
nosotros disponemos de una serie de valores, llamados valores humanos, como
son: honradez, lealtad, sencillez, humildad, etc.,etc., que en la sociedad de
hoy no solemos valorar, hoy se le pone mas atención a los valores que cotizan
en Bolsa.
Espero que vosotros que sois el
futuro, sepáis apreciar esos valores humanos que tiene cada uno de vuestros
compañeros con los cuales compartís el día a día y al mismo tiempo ir
fomentando esos valores para que no se materialice más las siguientes
generaciones de lo que estamos hoy en día.
Cuenta la historia que Thomas Alva
Edison realizó más de mil ensayos antes de crear la que fuera la primera
lámpara incandescente. En cierta ocasión, uno de sus colaboradores le dijo:
“Señor, disculpe mi pregunta, pero… ¿no se siente uno fracasado después de
haber realizado más de mil ensayos y aún no haber conseguido nada?” A lo que
Edison respondió, ajeno a toda vanidad: “¡En absoluto¡ precisamente ahora ya sé
más de mil maneras de cómo no hay que hacer una bombilla. Poco tiempo después,
Edison culminaba exitosamente su creación.
Decálogo, síntesis y nuevo origen de
la Buena Suerte
Primera Regla de la
Buena Suerte
La suerte no dura demasiado tiempo,
porque no depende de ti.
La Buena Suerte la crea uno mismo,
por eso dura siempre.
Segunda Regla de la
Buena Suerte
Muchos son los que quieren tener
Buena Suerte, pero pocos los que deciden ir a por ella.
Tercera Regla de la
Buena Suerte
Si ahora no tienes Buena Suerte tal
vez sea porque las circunstancias son las de siempre.
Para que la Buena Suerte llegue, es
conveniente crear nuevas circunstancias.
Cuarta Regla de la Buena
Suerte
Preparar circunstancias para la
Buena Suerte no significa buscar sólo el propio beneficio. Crear
circunstancias para que otros también ganen, atrae a la Buena Suerte.
Quinta Regla de la Buena
Suerte
Si «dejas para mañana» la
preparación de las circunstancias, la Buena Suerte quizá nunca llegue. Crear
circunstancias requiere dar un primer paso... ¡Dalo hoy!
Sexta Regla de la Buena
Suerte
Aun bajo las circunstancias, aparentemente necesarias, a
veces la Buena Suerte no llega. Busca en los pequeños detalles las circunstancias,
aparentemente innecesarias..., pero ¡imprescindibles!
Séptima Regla de la
Buena Suerte
A los que sólo creen en el azar,
crear circunstancias les resulta absurdo.
A los que se dedican a crear
circunstancias, el azar no les preocupa.
Octava Regla de la Buena
Suerte
Nadie puede vender suerte.
La Buena Suerte no se vende.
Desconfía de los vendedores de
suerte.
Novena Regla de la Buena
Suerte
Cuando ya hayas creado todas las
circunstancias, ten paciencia, no abandones. Para que la Buena Suerte llegue,
confía.
Décima Regla de la Buena
Suerte
Crear Buena Suerte es preparar las
circunstancias a la oportunidad.
Pero la oportunidad no es cuestión
de suerte o azar: ¡siempre esta ahí!
Síntesis
Crear Buena Suerte únicamente
consiste en. ¡Crear circunstancias!
El nuevo origen de la Buena Suerte
dado que crear Buena Suerte es crear circunstancias...
La Buena Suerte solamente depende de
TI.
A partir de hoy, ¡TÚ también puedes
crear Buena Suerte!
Y recuerda que...
Juan Galván
Lobato
En el 50º
Aniversario de la Fundación SA.FA.
Alcalá de los
Gazules, 24 de febrero de 2005
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