EL LIBRO ELECTRÓNICO
El
próximo martes celebramos “El día del libro”. Con tal motivo, un grupo de
antiguos alumnos, que conocen bien mi inclinación a la lectura, me han regalado
un libro electrónico, “un eBook”. La
verdad es que yo no tenía entusiasmo por hacerme de este tipo de libro, porque yo
pertenezco a las generaciones formadas por el libro tradicional. Mis
preferencias han sido siempre el libro de papel, con su portada y su
contraportada, con su lomo titulado, con sus cuadernillos perfectamente
ordenados por capítulos y sus hojas paginadas con la enumeración correspondiente
al índice.
Además,
mi biblioteca es una especie de Sancta-sanctorum, donde tengo colocados todos
los libros que me han acompañado durante mi vida. Los conozco por sus formatos,
por el color, por el tamaño, por sus temas indicados en el índice. Y, sobre
todo, porque forman parte de mi vida, como los mejores amigos que me han
acompañado. Es más, abrir el libro, manosearlo y encontrar entre sus páginas
amarillas, los subrayados, las aclaraciones, apuntes y llamadas… eran caminos
de un sendero abierto por mí mismo. La gran dificultad es que ya no tengo
espacio para los libros que me llegan y los voy amontonando en las tablas de
los armarios como puedo, sin orden ni concierto. El año pasado, mi columna era
un manifiesto contra los eBooks.Este año, no.
Debo
confesar que he comenzado a leer en el eBook
que me han regalado y he descubierto
el nuevo libro electrónico, con una serie de ventajas insospechadas, con las
que el libro de papel no puede competir. En primer lugar, con un eBook puedo almacenar
miles de los libros que tengo en mi
biblioteca y ocupan el pequeño espacio de un cajón de la mesa, donde caben
perfectamente quince o veinte tabletas
de ebooks. Puedo leer cualquier
documento en cualquier lugar donde me encuentre: en el automóvil, en el
autobús, en el metro, en el jardín, en el paseo, en la terraza de un bar o en
la cama. No producen cansancio alguno para las manos o la vista, como el libro
de papel. Además, ofrecen conexión a internet y, a su vez, con los portales de
venta de libros electrónicos, así como descargar ediciones electrónicas de
diarios y revistas.
Hasta
ahora, el mayor inconveniente era su elevado precio. Cuando preguntabas cuánto
valía un eBook, lo considerabas prohibitivo para cualquier bolsillo modesto y una fortuna para cualquier estudiante. Así,
durante algún tiempo, las ventajas no eran suficientes para convencer a los
posibles compradores. Sin embargo, los actuales fabricantes de eBooks han bajado
los precios y han conseguido que el libro electrónico se imponga por sus
ventajas, de manera que está llegando a todos los públicos., consiguiendo que
incluso el libro de papel se abarate.
En
resumen, se aducen menos gasto de papel y tinta y, como consecuencia,
menor detrimento de los bosques; comodidad para su manejo, ocupación de espacio
y traslado; tecnología pensada para no cansar la vista; posibilidad de
anotaciones y comentarios al margen y un largo etcétera. En contra, se aduce
que la nueva herramienta electrónica se puede convertir en poco tiempo en un
desecho que terminará en vertederos o incineradoras, con emisiones dañinas para
el medio ambiente. El libro de papel, sin embargo, estará presente en nuestras
vidas durante mucho tiempo.
JUAN
LEIVA
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