A mi
cuñada Asun y
mis sobrinos.
Alcalá de los Gazules,
mi bello pueblo
serrano,
de un clima amable en verano
bajo sus cielos azules.
¡Cuántos años han pasado
desde que una fría mañana,
me subí a La Valenciana
y me marché de tu lado¡
Largos años trabajando,
pensando en venir a
verte,
pero en la vida
la suerte,
a veces te va esquivando.
Regresé y pisé tus calles,
me encontré con mis
amigos,
y ellos son vivos testigos
que recordé mil detalles.
Recorrí aquellos lugares
donde de niño jugaba,
la escuela donde estudiaba
y la tumba de
mis padres.
Mi pueblo no era tan grande
como en sueños lo veía,
pero su cielo tenía
el mismo azul impactante.
¡Que bueno el tiempo vivido,
viniendo a la Romería,
disfrutando cada
día
en mi pueblo tan querido¡
Mañanas gratas de vinos,
manos del mús gaditano
en compañía de mi hermano,
¡que ratitos tan divinos¡
Con él y con mis amigos,
pasé unos años de
gloria,
mas pronto paró la
noria…
llegaron los enemigos.
Cuando Jorge más gozaba,
vino la muerte a buscarlo,
a traición, sin
avisarlo;
cuando mejor se encontraba…
Vive mi pueblo en mis sueños.
Mi alma sigue añorada,
pero la muerte malvada,
frenó mis vuelos sureños.
Tengo de nuevo que ver
a mi Virgen de
los Santos,
para decirle entre llantos,
que él ya no puede volver.
Quiero cruzar nuevamente,
la puerta de su capilla,
y recoger la semilla,
mirándola fijamente.
Subiré a su camerino,
a rezar bajo su
manto,
a pedirle, ya sin llanto,
que me reclame al camino.
Mi empeño tendrá que estar,
en retornar a mi tierra,
pisar de nuevo la
sierra,
para volver a gozar.
Francisco Teodoro Sánchez Vera
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