En la zona más alta de Alcalá de los Gazules, entre la Coracha y
el Lario, se conservan los edificios históricos de mayor interés de la ciudad:
el Castillo, la Parroquia de San Jorge, la Casa del Cabildo, el Convento de las
Clarisas, la Casa Rectoral y el Beaterio. Entre ellos se encuentra uno que
suele pasar desapercibido, pero que es un auténtico símbolo de solidaridad y caridad, el antiguo hospital de
la Misericordia.
En sus orígenes, los hospitales
ejercían un servicio de beneficencia con las personas más desprotegidas,
recogiéndolas de las calles, de los caminos, de los campos y de los desastres
naturales. Hospital es una palabra que se deriva de hospedaje, es decir, de
personas que no tenían un alojamiento, ni una cama, ni un sustento para
sobrevivir, de manera que eran alojadas en el hospital, donde podían tener una
cama y un plato de comida por caridad o solidaridad que diríamos hoy.
En el siglo XVI, comienzan a
construirse hospitales en las grandes ciudades, donde una mujer se encargaba de
atender a los necesitados, ofrecerle una cama y darle un sustento como primeros
auxilios. Parece que Alcalá ya contó con hospital a partir de ese siglo,
gracias a la presencia del Señorío de los Enríquez de Ribera, Duques de Alcalá.
Pero no es hasta el siglo XIX cuando se
concibe añadir a la palabra hospital el de centro de cuidados técnicos y
científicos.
Según Ismael Almagro Montes de
Oca, “junto a la Puerta del Sol de la plaza Alta, se encuentra el antiguo
hospital de la Misericordia con su correspondiente capilla. Este hospital
ocupaba también la parte inicial de la calle principal o de la Carrera. Partía
de la esquina de la Plaza, en la que se unían los lados sur y oeste. Se abrió
frente a la puerta principal de la Iglesia, mientras que al oeste, todo el
espacio que quedó frente a la calle
Carrera y la actual de las Monjas, a la que entonces se llamaba “de los Toros”, fue ocupada por la fachada de
la Casa Palacio de los entonces señores de la Villa, los Enríquez de Ribera.
Con todo, un pequeño trozo de este lado Oeste, en su confluencia con el Norte,
sería ocupado por el edificio conocido como Casa Rectoral o de los curas”.
A finales del siglo XIX, hubo avances
científicos y profesionales de extraordinaria importancia: quirúrgicos,
anestesia, asepsia, especialistas, enfermeras, diagnósticos, quirófanos, y pabellones
para ancianos y sala de primeros
auxilios.
Actualmente, en el siglo XXI se
anuncian ya nuevos avances, como “hospitales sin camas”, sólo para casos muy
especiales. En Alcalá se cerró el hospital hace muchos años, pero el Centro de
Salud y el Beaterio han suplido los servicios más necesarios. Por otro lado, la
distancia a nuevos centros hospitalarios se ha acortado con la apertura de
nuevos hospitales. Sólo en la provincia de Cádiz tenemos 16 hospitales, con 4.223
camas, para 1.155.724 habitantes. Pero el edificio del antiguo hospital sigue en pie -aunque
sin actividad hospitalaria- como testigo de una ciudad que contó con un hospital
de beneficencia y solidaridad desde hace siglos.
JUAN LEIVA
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