El pasado jueves, 16 de octubre
de 2014, la Real Academia de la Lengua dio a luz un nuevo Diccionario de Español, después
de un período de 13 años de la edición anterior en el 2001. Esta es la 23ª
edición del Diccionario. En ella han trabajado 22 academias de la lengua del
mundo hispano-parlante. Es, además, el Diccionario con más palabras, 98.111,
frente a las 88.431 de la edición anterior. La publicación coincide con el
tricentenario de la real Academia Española y su destino es abrirse al vasto
mundo de la lengua hispana, ampliado con casi 9.000 entradas nuevas. De ahí que,
ciertamente, podemos decir que el español está más vivo que nunca. La lengua no
la hace la Real Academia, la hace el pueblo. Los académicos dan testimonio de su
gran vitalidad.
Esa lengua - el castellano que
nació en Castilla- es nuestra lengua materna, porque es la que nos enseñan
nuestras madres desde que nacemos. La lengua nace tan estrechamente unida a la
persona que, se puede decir, que es un ser vivo; o sea: nace, crece, se
desarrolla y, a veces, muere por desuso o por el intrusismo de los vocablos de
otras lenguas. Pero seguirá viva, porque lo atestigua el pueblo, el Diccionario
y todo el mundo hispano, hablando, oyendo
y escribiendo.
En los Estados Unidos de América,
el español ocupa el segundo lugar después del inglés. Supera con mucho al
francés y al alemán en las escuelas secundarias. Las razones son domésticas,
comerciales y culturales. Las amas de casa, para entenderse con sus criadas de
lengua hispana; los empresarios, para entenderse con sus trabajadores y
clientes y los jóvenes estudiantes, para utilizar la lengua de Cervantes. Hay
otras razones estéticas, como son la belleza y facilidad del español por ser una
lengua vocálica derivada del latín. Y otra más, por el placer de leer las
bellísimas obras que han dado a luz nuestros poetas, narradores, dramaturgos y
ensayistas.
Más de 500 millones de hablantes
se expresan en español, de manera que nuestra lengua se ha situado en el
segundo lugar de las lenguas que se hablan en nuestro planeta, y por ser el
segundo idioma de comunicación internacional de las redes sociales e
informáticas. El español aumenta en el mundo, mientras el chino y el inglés
descienden. En el año 2050, Estados Unidos será el primer país hispano-hablante
del mundo, con unos veinte millones de alumnos que estudiarán el español como
segunda lengua. Los idiomas más estudiados en todo el mundo, serán los siguientes
por este orden: inglés, francés, español y alemán.
José María Carrascal –decía el
pasado sábado-, que “el mayor desafío del español es su universalidad; es
decir, haber hecho a las Academias Hispanoamericanas partícipes activas en esta última
edición del diccionario. Pero es, al mismo tiempo, uno de sus mayores logros: porque demuestra que el español no es una
propiedad de los españoles, pues ni siquiera somos ya los que más lo hablan por
países; y porque sólo así podrá ganar fuerza, al tiempo que se evita su
fragmentación en lenguas nacionales como le ocurrió al latín.” Añade Carrascal
que Estados Unidos significa para el español una oportunidad tan grande como un
riesgo. Con más de 50 millones de hispano-parlantes, se ha convertido, después
de México, en el segundo país en el que más se habla, a pesar de las otras tres
lenguas.
Juan Leiva
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