En 1666 el escultor jerezano Francisco Gálvez realiza el Cristo de la Expiración para la Cofradía del Dulce Nombre radicada en el Convento de Santo Domingo. Dicha imagen también recibía culto bajo la advocación del "Cristo de la Expiración". La imagen es trasladada a la Parroquia en 1855, según se recoge en los libros de cuentas de fábrica de la misma. En los años 50 es restaurada por Miguel Láinez Capote quien le da el aspecto actual. Posteriormente, en 1975 es restaurada por Pinto Berraquero. La cruz, asimismo, es objeto de diversas restauraciones, siendo la actual obra del restaurador sevillano Ricardo Llamas.
AL CRISTO DEL PERDÓN
Con el claro de luna baja yerto
Cristo Jesús, clavado en el madero,
y no sé cómo al verlo no me muero
si sé que por mi culpa yace muerto.
Brillan las luces con temblor incierto
así mi corazón mezquino y huero,
tiembla, sin entregarse por entero,
huyendo de esa Cruz, que es Faro y Puerto.
¡Piedad Señor! al vernos escondidos
en la sima profunda de este valle,
lleguen hasta tus pies nuestros gemidos.
Y al pasar con los brazos extendidos
abarcando la anchura de la calle,
¡Haz que despierten los que están dormidos!
Ana María Salgado
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