Entre
sus coetáneos no solo le admiraban, era respetado
por su buen trato y generosidad Juan Belmonte Fernández, fue un taurino a carta
cabal, honrado, cordial y muy apreciado, entre sus compañeros. No pudo superar
las graves lesiones que sufrió hace unas semanas, en un accidente doméstico en
su domicilio de Jerez, donde residía y
falleció a mediodía del pasado
domingo en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
Tras
actuar de novillero en diferentes plazas, tomó la alternativa, para seguir la
tradición familiar, en Fuengirola el 10 de octubre de 1965, siendo
apadrinado por Antonio Ordóñez y como testigo Curro Romero, ante toros de
Carlos Núñez. Este año se cumplen las Bodas de Oro del acontecimiento. Como
anécdota curiosa figuró en su cuadrilla,
sólo para acompañarle en el paseíllo, otro sabio del toreo, Bernardo
Muñoz Carnicerito de Málaga, cumplidos ya los 60 años, suegro de Rafael de
Paula e intimo de la familia Belmonte.
Juan
y Pepe Belmonte, hijos de Pepe Belmonte
García, hermano del genial y mítico Juan Belmonte al que llamaban el Pasmo de
Triana., fueron empresarios de la plaza de toros de Jerez, que recibieron por
herencia, desde final de la década de
los 50 hasta mediado de los años.70, creando las corridas concurso de
ganaderías y arte del toreo. Además llevaron plazas de importancia como Cádiz,
durante los últimos cinco años hasta su
clausura, , Algeciras que inauguraron el actual coso de Las Palomas, Granada,
Castellón, Ronda, La Línea Cartagena, Ayamonte, Cabra, entre otras. En la
década de los años 60, llegaron a organizar por temporada más de 70
espectáculos, entre corridas, novilladas y festejos menores.
Pepe
y Juan, formaban un dúo empresarial de acreditada solvencia profesional. Pepe
se encargaba de la gestión empresarial y Juan de las labores de campo, donde
desarrollaba su cometido con una sabiduría innata e indiscutible, cumpliendo
las labores de veedor para figuras como Antonio Ordóñez y Paquirri, además de
la empresa de Málaga entre otras. Años mas tarde tuvo la visión de relanzar la
carrera de Paco Ojeda, un tanto apagada tras dejar este de ser apoderado por Manuel
Camará, consiguiendo colocarlo en una posición sólida. Juan, su hermano Pepe y
Julio Aparicio, llevaron en arriendo la finca “El Larios” de Alcalá de los
Gazules, donde trasladaron reses del hierro de su familia. Precisamente de esa
finca salieron los toros que se lidiaron en Beirut por primera vez y que dieron
un juego extraordinario. A Juan, como veedor que fue, le encantaba acudir a
tentaderos y ganaderías del término de Alcalá de los Gazules, del que era un
enamorado.
Por
deseo expreso de la familia las exequias se han llevado a cabo en la intimidad.
En los próximos días informarán de la celebración de un funeral en Jerez. Nuestro pesar a su
viuda, hijos, entre ellos nuestro compañero Juanito Belmonte Luque, crítico
taurino de Canal Sur TV y demás familiares.
Luis Rivas
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