viernes, 5 de junio de 2015

RECONOCIMIENTO A UN SABIO, SENCILLO Y HUMILDE



         En unos tiempos donde la escasez de valores se deja sentir, el ser humano necesita más que nunca, comunicarse con personas que nos ayuden a reflexionar sobre la verdad y realidad de la vida cotidiana. El profesor José Antonio Hernández Guerrero, Catedrático de Teoría de la Literatura de la UCA, es uno de ellos. En el Centro Cultural Reina Sofía de la capital gaditana, dictó una lección magistral de humanismo y convivencia, con motivo de la entrega del Premio Gaditano de Ley que otorga el Ateneo de Cádiz en colaboración con la Fundación Cruz Campo.

         Un premio que llega en su justo momento, aunque el querido Profesor, por su nobleza, humildad y sencillez, no guste de premios, homenajes y demás actos efímeros, que “endulzan a otros”. Relajado y cercano, fue desgranando vivencias personales y familiares, con especial recuerdo a sus padres, hermano, esposa e hijos. Sus orígenes en el modesto Colegio de doña Lola, en María Arteaga, su posterior paso por los Hermanos de la Salle del Colegio La Salle-Viña y los doce años en el Seminario, muy duros con una disciplina férrea, sirvieron para su futuro, como hoja de ruta y reglas de juego.

         Su compromiso con Cádiz, entre murallas, rica y pobre como la definió acertadamente, trasciende más allá del hecho de ser ciudadano, manifestando, “quiero esforzarme y servirla, ser gaditano es un privilegio, que proporciona indiscutibles ventajas, explicar las cosas de esta tierra, para que la conozcan mejor”. Durante su clara y rotunda oratoria utilizó el término gracias, que hizo extensiva a todos cuanto han contribuido a la concesión del premio, al Club de Letras, que recorren la provincia, por sus enseñanzas teóricas y prácticas, a los distintos medios de comunicación, como Diario de Cádiz y a todos que le han brindado su amistad y ayuda a lo largo de su vida, a los que también agradece sus críticas pidiendo que no cesen, cuando sea necesaria.

         El profesor Hernández Guerrero, acumula cuatro tesis doctorales en distintas Universidades, un palmarés académico muy difícil, ya que de por sí cuesta lo suyo sacar una. Una prueba irrefutable de su sabiduría, trabajo, tenacidad y esfuerzo, cualidades que le acompañan durante toda su vida. El modelo de vida, sus valores evangélicos, su compromiso con la sociedad, con humildad, calidad humana, adornan la personalidad de un hombre bueno, sincero, culto, que sabe escuchar y aprender de los demás.

Luis Rivas




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