domingo, 20 de septiembre de 2015

HACIA UN NUEVO HUMANISMO - GRACIAS


Al poner fin a estas reflexiones -elementales e incompletas- sobre algunos de los valores que, a mi juicio, hemos de cultivar para lograr ese “nuevo humanismo” demandado por algunos sectores de la sociedad actual, me limito, simplemente, a daros las “gracias”. Esta palabra, biensonante y grata, posee amplios, variados y ricos significados. Si para los creyentes designa ese regalo que nos hace hijos de Dios y que, por lo tanto, constituye el fundamento de una profunda fraternidad, a todos los demás hablantes nos sirve para expresar nuestra respuesta cordial por los favores y por las atenciones recibidos. Es una de las expresiones que más contribuyen a aumentar el bienestar personal, familiar y social.

Os doy las gracias, en primer lugar, a los responsables de esas páginas Web que me han regalado -de manera “gratis y graciosa”- la posibilidad de dirigirme a vosotros, mis los lectores. Creedme, por favor, si os confieso que habéis sido vosotros –alumnos, compañeros y amigos- los que, con vuestras estimulantes preguntas, con vuestras agudas críticas y con vuestros atinados comentarios, me habéis señalado los asuntos y, a veces, hasta me habéis dictado las palabras. Gracias.

A partir de hoy, todos -vosotros y yo- descansaremos, durante unas cortas semanas, de estos rollos tan teóricos y tan pesados, pero, tras unas breves vacaciones, reflexionaremos, por ejemplo, sobre “Las claves del bien-estar”. Un tema que, sugerido por muchos de vosotros, está relacionado con el “bien-ser”, con el “bien-pensar” y con el “bien-sentir”, y, de una manera más concreta, es un asunto que tiene mucho que ver con las cuestiones que más nos preocupan como, por ejemplo, la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, los dolores y con los placeres, la familia y los amigos, la riqueza y la pobreza. Un abrazo cordial y agradecido.



José Antonio Hernández Guerrero

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