domingo, 27 de septiembre de 2015

LA MOTO Y EL SUEÑO


A todos nos gusta el descanso, el silencio y el relax en algunas ocasiones. No vamos a desear ni a pedirlo en una feria, romería o sentados en las gradas de un estadio o plaza de toros. En estos casos reina todo lo contrario, o sea, el bullicio, el alboroto, el ruido y las palmas, o los pitos.
Pero esto solo sucede en unos cuantos casos al año. Ni todo el año es jarana y alegría o recogimiento y devoción. Hay ocasiones para todo, en los que podamos participar libremente o no. Yo diría que todos o casi todos hemos disfrutado, de un día de feria, partido, toros, Noche Buena o carnaval.
Pero una de las cosas que debemos practicar a diario es sobre todo, el sueño. Don Pedro Calderón de la Barca ya hablaba de esto en el siglo de oro.
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Claro que con esta décima, él se refería a los sueños que se tienen inconscientemente durante el sueño diario. Porque si no duermes no podrás tener sueños.
El que esto escribe, casi a diario le vienen los sueños. Yo pienso que soñar es bonito porque te pinta y vives en un mundo fantástico, aunque tan solo sea por unos instantes.
Últimamente sueño, por lo general, un poco antes de levantarme. Tienen la singularidad de que se olvidan enseguida. El de hoy aún lo recuerdo. Consistía en una discusión de pretender conocer los pros y los contras de poder comprar un piso en Cádiz o en Sevilla. Mis interlocutores, eran unos vecinos de la “Tacita de plata”, y cada uno se inclinaba por una de estas dos ciudades. Yo no lo tenía claro del todo, llevando a cuestas la eterna duda; ya se lo que dice que “sobre gustos no hay nada escrito”.
De ser esto así, caeríamos en la igualdad, en la uniformidad de pensamiento, en la conformidad mental y esto, pienso, no es bueno. Es conveniente que haya diversidad en lo que se piensa, se dice y se hace; de lo contrario caeríamos en la monotonía que lleva al aburrimiento; y por lo tanto en la igualdad en la forma de actuar.
Cuando hace unos años vivía en Cádiz, oí algo que me inclinó a la reflexión. Era el comentario afirmando que si a un individuo le daba, en el silencio de la noche, hacer todo el recorrido en moto a todo gas, desde la Plaza de España hasta la entrada de la ciudad, el ruido que provocaría a lo largo de la avenida, supondría despertar a la tercera parte de la población gaditana. Esto supone, unos cincuenta o sesenta mil habitantes. Viene esto a colación del ruido que soportamos los de esta esquina de Alcalá, en los que vivimos y dormimos (?).
Se podría afirmar algo parecido en éste nuestro pueblo. Como cuando en la noche de este caluroso verano pasado, a un motorista, en plena noche, saliese desde San Antonio hasta la Plaza Alta, bien podría conseguir, durmiendo con ventanas y balcones abiertos, que despertase a un tercio de la población, o se a despertar a dos mil o dos mil quinientas personas alcalainas.
Creo que debería de haber un poco más de sensatez, hacer suya y cumplir con la apropiada frase que dice “piensa en los demás”.


Alcalá de los Gazules, 25 de septiembre de 2015

José Arjona Atienza

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