R O M A N C E D E L
A S A N G R E
Tengo la sangre
gazul
porque nací en
un lugar
que se
encuentra al sur
del sur
de nuestra España
inmortal.
Hablo de un
pueblo andaluz,
del noble y
bello Alcalá,
y de sus
cielos azules
que rezuman claridad,
de unas noches
de luceros
que dibujan en
la cal
filigranas de arabescos …
De su castillo
en la cumbre
de una montaña
de embrujo
que se convirtió
en hogar
de una pueblo
valiente y puro,
animoso y especial.
Paraje verde y
serrano,
atalaya dominante
frente al Picacho
morado,
vigilante de unos
campos
que contando las
hazañas
de sus hombres
legendarios,
no se cansan
de alabarlos
hasta topar
con las olas
del mar por
el que llegaron.
Y en este cerro
sin par
los aguerridos gazules,
con coraje y
voluntad,
y su probada
valía,
gozaron de los honores,
de ser la
crema y la flor
de los moros
andaluces
en la España
medieval,
Y según el
Romancero,
fue a su
castillo el lugar
donde volvían los
guerreros,
altaneros victoriosos,
tras en las
lides triunfar
por las tierras
de los Reinos.
En esta
monte de ensueño,
de hombres de
mente despierta
y lanceros de
leyenda,
nacieron nuestros ancestros
como la Historia
nos cuenta.
La sangre de
los gazules,
que heredé de
mis mayores
me llega plena
de gloria
regando mis convicciones.
Un pueblo con
esta sangre
tan valiente y
generosa,
jamás podrá desangrarse
teniendo tan grande
historia.
Este preciado tesoro
que circula por
mis venas,
si es preciso
derramarlo
para probar su
pureza…
sin dilaciones lo
entrego
para aumentar su
grandeza.
Francisco Teodoro Sánchez Vera.
0 comentarios:
Publicar un comentario