Jaime Guerra Martínez
Cuando estudiamos o leemos algunas novelas en las
que aparecen descritas las epidemias de las edades Media y Moderna (LA PESTE ), cuando hemos
conocido las pandemias del siglo XIX y XX (en la de 1800 murió Angel de Viera,
fundador del Beaterio) en las que hubieron
grandes sangrias demografica, cuando hemos visto ilustraciones, fotos o
peliculas, nos parece que es algo lejano en el espacio o en el tiempo. No pensamos
nunca que eso no podia ocurrir en pleno siglo XXI, con una sanidad
sobresaliente, con medios en hospitales, antibióticos, vacunas, personal
sanitario cualificado, protocolos de actuación para estas eventualidades,..Y
resulta que nos ha tocado vivirlo no leerlo o contemplarlo nos ha tocado y lo
ha hecho atacando a todo el País, y no nos lo podemos creer. Pero ha llegado.
Ahora nos imaginamos la desesperación de nuestros
antepasados, la impotencia de los sanitarios y responsables públicos. Ahora
comprendemos las rogativas desesperadas, los enterramientos en fosas comunes
con cal viva, las huidas desesperadas al campo buscando aislarse, el
emparedamiento de puerta y ventanas, las hogueras de enseres, etc. Tanta
desolación nos toca vivirla en directo. Va golpeando el coronavirus,
extendiendo sus tentáculos pueblo a pueblo, casa a casa, sembrando mucha
congoja y dejando el dolor sembrado en muchas familias que le afecta
directamente. Dios nos libre.
En el
año 2003 en Apuntes Histórico y de nuestro patrimonio hice alusión a un exvoto
del Santuario en el que se recoge un milagro de la Virgen de los Santos en la
epidemia de gripe de 1918.
“Estando
gravemente enferma de la gripe Josefa Pereira y sus dos hijos se encomendaron a
la Virgen de
los Santos y en poco tiempo quedaron restablecidos. Alcalá de los Gazules. 1918.
Los registros
conocidos apuntaban una mortalidad de unas cuantas decenas de fallecidos entre
los alcalaínos del medio centenar de afectados.
Cien años
después los estudios realizados exponen que en Alcalá se dieron muchísimos mas
casos, elevando las cifras a 373. Las investigaciones mas recientes hablan de
un enmascaramiento de las defunciones por gripe al contabilizar por otras causas
a fallecimientos de gripe. Se registraron con otras enfermedades casos que
parecen ser de gripes. No sé cual es la causa o causas, pero la historia es
muchas veces amiga de lo interesado.
Recojo a
continuación algunos retazos de dos estudios sobre la pandemia de 1918;
- Avances y
tendencias actuales en el estudio de la pandemia de gripe de 1918-1919 y
- Mortalidad por la epidemia de gripe en la comarca de la Janda (1918-1919)
Avances y tendencias actuales en el
estudio de la pandemia de gripe de 1918-1919
Alberto González García
Doctorando. Universidad de Castilla-La Mancha
La pandemia de gripe que tuvo
lugar entre 1918 y 1919, mal llamada Spanishflu, Spanish Lady o gripe española,
es considerada la mayor catástrofe sanitaria del siglo XX, ya que produjo en
menos de un año la pérdida de entre 25 y 50 millones de personas.
La pandemia de 1918-1919 se
desarrolló en el hemisferio norte, como norma general, en tres olas. La primera
ola comenzó en marzo de 1918, una época inusual (a finales de la primavera) y
tuvo relativamente poco impacto debido a la escasa mortalidad, aunque las
cifras de morbilidad eran elevadas. La segunda, más letal, llegó a finales de
agosto, y fue la que se extendió al resto del globo. En muchas zonas hubo una
tercera ola más benigna y menos definida, a partir de enero de 1919
La mayor mortalidad se produjo
en las edades comprendidas entre los veinte y cuarenta años. Hasta ese momento,
las cifras de mortalidad más elevadas se registraban en los menores de un año y
en los mayores de cincuenta años
Los
estudios iniciales realizados parecían señalar que un virus inicialmente
aviario adquirió la capacidad de infectar a los humanos. De este modo, esta
cepa probablemente provino de un reservorio de aves acuáticas salvajes, el cual
se fue adaptando a los humanos antes de 1918, sin que hubiese ninguna
adaptación previa en el cerdo. Por otro lado, nuevas orientaciones de la
biología molecular tratan de conocer el virus de la gripe de 1918
Por otro lado nuevas
orientaciones de la biología molecular tratan de conocer el virus. La
explicación a este fenómeno es compleja,
El debate sobre el origen de
la pandemia de gripe de 1918 es una cuestión que ha suscitado numerosas teorías
y posicionamientos diferentes dentro de la comunidad científica. Lejos de
atribuirlo a un origen desconocido (García-Faria del Corral, 1995), parecía
haberse encontrado el primer foco en un campamento del ejército americano, Camp
Funston, dentro de la base militar Fort Riley, en la zona de Haskell County, en
el estado norteamericano de Kansas. Sin embargo existen autores que sostienen
que el origen de esta gripe es el asiático.
Dado que las epidemias de
1847, 1890, 1957 y 1968 han tenido su origen en Asia, parece lícito pensar que
pudo originarse allí. Además, desde la zoología se confirma que el sudeste
asiático constituye un importante reservorio de gripe. El sistema de
agricultura arroz-pato-cerdo
pudo contribuir a la creación de esta variante del virus
Según esta hipótesis, la
llegada de la gripe a Europa se habría producido con el traslado de coolíes
chinos para luchar en la guerra (Olsen, Munster, Wallensten et al., 2006). Hay
sin embargo argumentos que desmienten esta teoria
Por otro lado, no puede descartarse la hipótesis de que se
produjese una mutación adaptativa muy brusca en un virus aviario en un periodo
amplio de tiempo, sin intervención alguna del cerdo, lo cual situaría el origen
de la pandemia de 1918 muchos años antes. Es precisamente la posibilidad de que
el virus se desarrollase entre 1900 y 1915 la que desde la geografía histórica
cobra mayor protagonismo estos últimos años, sobre todo desde que, en 1999, los
análisis sobre las proteínas de superficie del virus indicaran que el microorganismo
pudo estar circulando entre la población humana algunos años antes de 1918. Según
esta hipótesis, la pandemia de gripe de 1918 pudo tener su origen en Étaples
(Departamento francés de Pas-de-Calais) en torno a 1916,
La base militar de
Étaples albergaba unos cien mil soldados. Situada cerca de marismas, era atravesada
por aves migratorias. De acuerdo con algunos científicos, la gran cantidad de
soldados, junto al elevado número de cerdos, gallinas y caballos en el
campamento supusieron unas condiciones idóneas para la aparición del primer
brote epidémico entre diciembre de 1916 y marzo de 1917.
Con estos antecedentes, no
parece desacertada la idea de que el virus pudo restringirse a comunidades
pequeñas y desarrollar su virulencia progresivamente. La existencia de
múltiples focos dispersos en el espacio serían manifestaciones menores de este
nuevo virus. El resultado fue una nueva cepa de gran virulencia. Las
desmovilizaciones en otoño de 1918 fueron una estupenda oportunidad para que el
virus se extendiera, dispersándose por la población civil a través de las vías
de transporte marítimo y ferroviario cuando los soldados volvían a sus hogares.
Sea como fuere, la aparición de esta pandemia quedaría inexorablemente
relacionada con los soldados de la Primera Guerra Mundial.
En nuestro país, una de las
compilaciones más completas acerca de la epidemia fue llevada a cabo por
Antonio Pita y Luis Lamas (1919). A nivel más local también se realizaron
síntesis con los datos de mortalidad y morbilidad de las diferentes provincias.
Sin embargo, al contrario de
lo que sucedió en otros países, en España no se realizó ninguna investigación
para estudiar la morbilidad mediante encuestas al terminar la epidemia.
El primer estudio global que
trata de describir el desarrollo de las tres olas epidémicas en todo nuestro
país data de 1993. Se estima por primera vez en España en más de 260.000 el
número de muertes durante la pandemia.
Con anterioridad, el estudio
de la epidemia en nuestro país ya había sido abordado de forma local en
diversas zonas geográficas. La principal aportación de este abordaje local ha
sido la incorporación de diversas fuentes primarias y secundarias, lo cual
enriquecerá el panorama en nuestro país: desde las inscripciones de defunción
del Registro Civil o de los Archivos parroquiales, pasando por los Boletines
Mensuales de Estadística Municipal.
En España se ha apuntado como
cifra aproximada la de 8 millones de afectados, aunque las estimaciones
coinciden en señalar esta cifra como muy aventurada.
En
España se han realizado nuevos estudios de la epidemia de gripe de 1918 a raíz de la aparición
de la pandemia gripal de 2005-2006.
A partir de una reflexión de actualidad sobre la gripe
aviaria y su reflejo social en la prensa, se estudiaron los casos particulares
de Navarra (Astigarraga Lizundia, 2006) y Barcelona (Pinilla Pérez, 2009),
entre otros. Estos estudios sobre gripe de nuestro país han abordado el
fenómeno desde el punto de vista de las consecuencias demográficas, políticas y
sociales que produjo durante su desarrollo, con especial atención a la pandemia
como propulsora de reivindicaciones de mejoras profesionales para los médicos.
Sin
embargo, parece más relevante el abordaje de la epidemia de gripe como factor
explicativo del régimen político que se avecinaría posteriormente, la dictadura
del general Primo de Rivera. De este modo, el discurso de la élite médica,
intelectual y periodística contribuyó a la desestabilización del sistema
político de la época. La epidemia de gripe añadió un enorme peso simbólico a la
particular idea de que una nueva organización sanitaria acabaría con la imagen
de nación enferma y Estado ineficaz, lo cual proporcionó la oportunidad de
ganar legitimidad (Blacik, 2009).
El
análisis del papel representado por los nuevos recursos profilácticos y
terapéuticos que la ciencia médica usó para tratar de hacer frente a la
epidemia y el papel desempeñado por otros profesionales sanitarios en la
gestión de la crisis sanitaria, caso de los farmacéuticos y los veterinarios,
son algunos de los últimos campos explorados más recientemente. Los sueros y
las vacunas se convirtieron en dos de los elementos que permitieron relativizar
la incapacidad de la ciencia médica para hacer frente a la situación epidémica
(Porras Gallo, 2008).
Por
otro lado, la epidemia tuvo un papel dinamizador de los procesos de renovación
y reorganización profesional en profesionales sanitarios, como farmacéuticos y
veterinarios, que ya habían iniciado con anterioridad los médicos. La
experiencia de la epidemia de gripe había reavivado las tensiones existentes
entre las tres profesiones sanitarias para tratar de delimitar claramente los
territorios y las competencias de cada una de ellas en materia de sanidad e
higiene públicas. Los farmacéuticos, y en menor medida los veterinarios,
tomaron como referente el proceder de los médicos de mostrarse como expertos
mediante el recurso al laboratorio para gestionar la crisis y para demandar
mejoras profesionales. Para ello, planificaron una estrategia de defensa de los
colectivos basada en la autonomía y en la dignidad profesional con el objetivo
de acabar con el intrusismo médico (Porras Gallo, 2009).
La producción científica sobre
la pandemia de gripe no ha sido constante a lo largo del tiempo ni ha mantenido
una perspectiva de análisis única, sino que ha ido variando a lo largo de la
historia influida por acontecimientos históricos, hallazgos arqueológicos y
virológicos, aniversarios, o el auge de determinadas disciplinas académicas en
cada momento histórico. La aparición de nuevas crisis sanitarias en forma de
pandemia se torna como un elemento que impulsa el estudio clínico, médico e
histórico de la misma. España no es ajena a esta tendencia. De hecho, el mayor
número de trabajos ha tenido lugar tras la pandemia de gripe de 1957, por un
lado, y tras las pandemias de gripe de 2005-2006 y 2009, por otro.
Mortalidad por la epidemia de gripe en la comarca de la Janda (1918-1919)
Marín Paz, Antonio Jesús1; Morales Reyes, Álvaro1;
Molanes Pérez, Pablo1; Sáinz Otero, Ana María2.
1Enfermero. Máster en Innovación e Investigación en Cuidados de
Salud.
2Enfermera y antropóloga. Doctora en Medicina.
Facultad
de Enfermería y Fisioterapia. Universidad de Cádiz
Se han utilizado los registros
de defunción y hemos codificado las causas de muerte bajo dos clasificaciones:
CMMA y Bertillon. De los 1.713 fallecidos en las tres localidades, se
produjeron 373 en Alcalá de los Gazules (9.804 habitantes), 650 en Medina
Sidonia (13.034) y 690 en Vejer de la Frontera (14.648
La primera oleada de gripe en España se sitúa cronológicamente
en los meses de mayo y junio de 1918, sin repercusiones en la comarca. La
segunda oleada y la más importante, se produjo durante el último trimestre del
año. La tercera oleada de gripe, producida durante el primer trimestre de 1919,
presentó un carácter más leve Afectó principalmente a la población entre el año
y los cuarenta años de edad, principalmente en mujeres
Entre las fuentes bibliográficas consultadas, se incluyeron las
siguientes fuentes manuscritas: libros de las actas de los ayuntamientos de las
localidades estudiadas de 1918-1919 y libros de actas de las Juntas locales de
Sanidad.
Las causas de muerte las hemos codificado según la Clasificación de
Causas de Muerte modificada y ampliada -CMMA, que atiende a criterios de
transmisión- y la
Clasificación de Bertillon -CB, mediante criterios anatómicos
y etiológicos-,
Para los años 1918 y 1919 se produjeron 1.713 fallecidos en las
tres localidades, correspondiendo 373 en Alcalá de los Gazules, 650 en Medina
Sidonia y 690 en Vejer de la
Frontera. En 1918, la población de las localidades eran de
9.804, 13.034 y 14.648 habitantes respectivamente. El 18,45% (316) del total de
defunciones se corresponden por gripe (CB: código 1.11). Por localidades,
resalta un aumento porcentual de la mortalidad por esta causa en Vejer de la Frontera con un 28,26%,
en contraste al 10,19% (38) de Alcalá de los Gazules y el 12,77% de Medina
Sidonia. En el caso de Alcalá de los Gazules, al asociar las defunciones
debidas a la gripe con las atribuidas a las enfermedades del aparato
respiratorio observamos ascensos de las mismas en los meses comprendidos entre
octubre de 1918 y marzo de 1919. Estos aumentos no se produjeron en las
localidades de Medina Sidonia y Vejer de la Frontera.
La irrupción de la gripe en la comarca se produjo durante la
segunda oleada y fue oficialmente declarada la epidemia en la provincia el 12
de octubre de 1918. Según el Inspector Provincial de Sanidad, Leonardo Rodrigo
Lavín, atribuyó la difusión de la misma al licenciamiento de los soldados
acuartelados en el Campo de Gibraltar, regresando parte de ellos a sus respectivos
hogares de la comarca. Es de destacar el enmascaramiento por otras enfermedades
respiratorias que se producía en Alcalá de los Gazules, por lo que no hubiese
sido posible, en las demás localidades que presentaron un mayor ascenso de
mortalidad por gripe, ocultarla al principio.
Las principales medidas que se tomaron en Alcalá de los Gazules
fueron el aislamiento de enfermos, la desinfección de las calles con Zotal y la
higienización de los pozos públicos
La epidemia de gripe española se declaró oficialmente extinguida
en la provincia el día 12 de junio de 1919.
Estamos en plena pandemia. Espero que en esta ocasión se puedan
determinar las causas objetivamente y podamos sacar conclusiones de cara a
futuros casos, que ya sabemos que pueden llegar. La globalización nos acerca
para lo bueno y para lo malo.
Ahora nos toca seguir las instrucciones y colaborar. Os deseo lo
mejor. Cuidémonos y cuidemos de los demás. Esta lección la vamos a aprobar
entre todos/as.
Mi agradecimiento a quienes ponen diariamente en riesgo su salud
a favor de una solución pronta para esta calamidad pública .
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