Recuerdos del
verde olivo
Buscando voy
entre olivares por tierras de Jaén
uno que en sus
ramas verdes guardaba mi amor infiel.
Miraba tus ojos
verdes y tú los míos también
y nos juramos
promesas, que no supimos hacer.
¿Te acuerdas de
aquella tarde a la sombra de aquel olivo,
entre aceitunas
verdes donde tú y yo, nos prometimos?
¡Cuántas promesas
hicimos! ¡Cuántos amores nos dimos!
Cuántos recuerdos
quedaron en el centenario olivo
que a los dos nos
protegía bajo el calor del estío.
Pero vino a
separarnos por diferentes caminos
y la distancia
llevó nuestras promesas al olvido.
He pasado por su
sombra y los recuerdos han venido,
he visto sobre
sus ramas dos corazones tendidos.
Los dejamos en la
sombra que daba ese verde olivo,
cargaditos de
promesas y todas se han incumplido.
Hoy he venido a
preguntarle y saber de tu destino,
no ha querido
contestarme la sombra del verde olivo.
Es que le sobran
razones desde que nos despedimos,
dejando los
corazones , verdes cual nosotros fuimos.
Háblame tú verde
olivo, que fuiste testigo mudo
de las promesas
que hicimos con los corazones vivos.
Dile que me estoy
muriendo, que muero por estar vivo,
sin saber si está
queriendo, o está muriendo conmigo.
Dile que estoy en
tu sombra con mi corazón herido,
que vine a
buscarla a ella como hubimos prometido.
Si te dice
que hace tiempo me tiene ya en el olvido,
te ruego, mándale la muerte a mi corazón herido.
Que vivir muerto
no quiero, porque muerto es el olvido
y yo no quiero
olvidarla, ni pensar que la he perdido.
Dejad que llore
mi alma, la causa de esos motivos…
a ver si tus
verdes ramas olvidan lo que dijimos.
José Ares Mateos (Menesteo)
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