Luces sin sombra
Quisiera
que me miraras
con esos
ojos turquesas
de los pies
a la cabeza
y después
tú me besaras.
Se abrirían
esas puertas
del corazón
encendido,
dando calor
a mi nido
al que
tú frecuentarías.
Levantarás
sentimientos,
cual blanca
espumas del mar
a las
playas van a dar
arrastradas
por los vientos.
Fuerzas de
mi corazón
sumergida
en la tristeza
de una
niebla gris y espesa
que me
nubla la razón.
Me pregunto
a cada instante;
si amarte
con tantas fuerzas
te
convierte en fortaleza
sin dejar
que yo te alcance.
Ni saber si
tú me quieres
o me llevas
al olvido;
hoy me
tienes confundido
sin saber
de tus quereres.
Si tú en mi
interior entrase,
verás un
corazón lindo,
frondoso,
limpio y tan propio
de la más
hermosa flor;
dispuesto
si así lo quieres
a fundirse
en ese río de lava,
que son las
venas de tu hermoso cuerpo,
encendiendo
en mi, todas tus pasiones.
¡Y tú Oh,
corazón mío!
en noches
de blanca luna, al mirar
tal
claridad, gozas de la fortuna
(La misma
que yo);
de habernos
encontrado frente a frente
unas
limpias y brillantes miradas
llena de
hermosos deseos de amor.
A partir de
esos momentos;
las noches
que nos esperan de dichas
y también
de sinceros sentimientos,
recordaran
nuestras tiernas miradas
aquellos días
en que se encontraron
luces sin
sombras en nuestros caminos,
uniéndose
cual metal en crisol
la
fundición de nuestros corazones.
Y cuando
lleguen las luces del alba
encendiendo
los momentos hermosos,
se apagará
la claridad de blanca
luna, para
dejar paso al momento
final, un
mundo de dichas y amor,
encontrándose
con nuestras miradas
las luces
sin sombra del firmamento.
José Ares Mateos
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