Raíces de mi tierra
En estos
versos me entrego,
(1)
que tengo
el alma encendida
por lo que
fue mi partida
pidiéndole
a Dios sin ego,
me
concediera una vida
saliendo de
éste agujero
guiado con
la luz divina
para
encontrar buen lucero.
*
Fueron las
sombras y vientos
las que me
fueron siguiendo
en los
primeros momentos
donde yo
estuve sufriendo,
hasta
llegar esos soles
y rayos del
firmamento
para
alumbrar mí camino
y
mantenerme contento.
*
Que siendo
buen marinero,
conocedor
de los mares,
de las
estrellas y vientos,
jamás le
tuve ese miedo
al llegar
los temporales.
Con proa
siempre a las olas
sin temer a
tempestades,
navegando
lentamente
entre
grandes oleajes.
*
Con
tempestad o con calma
(2)
y con
vientos favorable,
viendo tan
solo agua y cielo
al señor
daba las gracias
siempre con
humildes ruegos,
que siendo
la mar tan grande
y mi barco
tan pequeño,
siempre me
mantuvo a flote
en el mejor
de los sueños.
*
Sueños eran
mis anhelos
cuando
partí de tu vera
una alegre
primavera
para
tenerte tan lejos,
sin que el
corazón pudiera
abrazar mi
desconsuelo,
aunque
fuera una quimera
verme cerca
de tu suelo.
*
Llorando
quise morir
pensando
verte tan lejos,
pudiendo yo
resistir
ese tan
grande tormento,
que tanto
hacía sufrir
en los
peores momentos
de
angustias lejos de ti,
muy llenos
de sufrimientos.
*
Llorando
estoy de alegría
(3)
por tenerte
tierra mía
la que me
diste tu suelo,
cuando me
parió mi madre
muy cerca
de un arroyuelo
mezclándose
las dos aguas,
la de la
tierra y el cielo
debajo de
sus enaguas.
*
Con su
trabajo mi padre
cosiendo
redes del mar
mantenía a
su familia
con su
mísero jornal
y la
pequeña Dolores
haciendo
mil filigrana
para darnos
de comer,
garbanzos
sabiendo a miel.
*
¿Me pueden
decir ustedes
si leyeran
estos versos,
cómo se
puede entender
diez
personas a la vez
debajo del
mismo techo,
le saquen
un buen provecho
sin haber
jamón ni queso,
solo un
potaje bien hecho?
*
Pues yo se
lo contaré
(4)
con los
máximos honores,
porque
fueron mis mayores
los mejores
gladiadores
de este
circo que es la tierra,
y lucharon
con sus fuerzas
sus manos
más espartanas,
haciendo de
sus labores
de la
familia una forja
de honrados
trabajadores.
*
Siempre la
cabeza alzada
con la
mirada hacia el frente,
como se
mira a la gente
sin agachar
la quijada;
de buena
fuente aprendimos
a luchar
contra corriente,
haciendo
entre todos frente
a todo
cuanto nos vino,
sin quebrar
por un instante
la
enseñanza que tuvimos.
*
Hoy los
quiero recordar,
pues los
llevo en mi memoria
con sus
almas en la gloria,
y sus
cuerpos bajo el suelo
reposando
su victoria
tan llenita
de desvelos.
*
A ti, mi
tierra querida,
(5)
centinela
permanente
de los que
llegan sin vida,
tenedlos
siempre presente
para que ya
no se ausenten
de su
tierra más querida;
grabados
están sus nombres
por los
restos de la vida.
*
Bajo una
loza muy fría
yacen
inertes sus cuerpos
cansados y
padecidos
de la vida
que han vivido
de luchas y
sufrimientos.
Ya no
sienten ni padecen,
han
descansado sus cuerpos,
bien lo
tienen merecido
aunque
estén entre los muertos.
José Ares Mateos (Menesteo)
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