Le
dedico este poema
a mi compadre
Paco Castilla. Mi
querido amigo lo
importante de las
personas son los
sentimientos que atesoran.
No importa el
color de su
piel.
Buscando recuerdos en
mis carpetas, me
encuentro con este poema que
escribí hace años. Es de
lo primero que
hice en poesía.
En aquellos tiempos
yo trabajaba mucho
cada día, y
no tenía tiempo
para escribir poemas.
El tiempo libre, lo
dedicaba a otro
tipo de distracciones
menos culturales. Solo
escribía, de cuando
en cuando, pequeñas
letrillas flamencas, que regalaba
a mis amigos
cantaores, o a
algún letrista conocido,
que se dedicaba
profesionalmente a esos
menesteres. Varios cantaores de
aquellos tiempos, tienen
grabaciones con algunas
de estas letras
que regalaba.
Un día, un
conocido me pidió
que colaborara con
él, en una
publicación que entonces
se editaba en
mi barrio barcelonés
del Poble Sec. Estaban
preparando una pequeña
revistilla, con motivo
del “Día Mundial
Contra El Racismo”.
Me pidieron que
les hiciera algo. No
sabía que escribir,
no sabía que
decirles. Este era un
tema, que aunque importante, yo no
lo tenía por
la mano. Egoístamente,
me afectaba poco
por aquel tiempo.
Pero curiosamente, entonces,
un amigo mío me
explicó con gran
preocupación, que su hijo
pequeño estaba enamorado
de una muchacha
de color, y
que estaba decidido
a casarse con
ella. Me decía
que su hijo
estaba mimado y perfectamente
atendido en su
casa, que vivía
como un marqués,
que en la
familia eso de
una muchacha morena
no caía bien, que
se iba a
complicar la vida
con el alquiler
o compra de
un piso, etc., etc. Yo no
sabía cómo ayudarle.
Comprendía que si
su hijo estaba
enamorado, poco se podía
hacer. Además, ¿Qué podía
yo hacer ? Conocí a
la preciosa muchacha,
un encanto de
chavala. Preparada, elegante
y muy cariñosa. La
cosa terminó en
boda. Hoy son padres
de cuatro o
cinco lindas criaturas.
Esa historia
me inspiró, me animó a escribir
este poema. Lo tenía
olvidado y al
verlo me hace gracia y
me gusta. Me
alegra encontrarlo, y os
lo envío esperando
que os guste.
El poema
no se publicó.
A los responsables
de la revistilla
les pareció “un
poco fuerte”, y
me lo devolvieron.
Yo no lo veo
“fuerte”, me parece
que es un
poema de amor,
pero bueno… cada
uno se lo
mira a su
manera. No lo
he querido retocar,
lo dejo tal
cual lo escribí
entonces.
Para contar
esta historia, por
entonces yo vivía
en Barcelona, me
trasladé de forma
imaginaria, a lo
alto del Larios,
nuestro querido monte, desde
el que yo
recordaba haber visto
Marruecos los días
claros, en mis
años juveniles. Fue
de lo primero
que escribí y
ya aparece Alcalá . . . ¡ SIEMPRE
MI ALCALA !.
DESDE EL MONTE LARIOS
- NO AL RACISMO
Montes de Alcalá frondosos,
desde tus cimas distingo
la nieve blanca del Atlas,
luciendo tonos verdosos.
Desde la cresta del monte
siento lo moro cercano.
Mar y nieve
al horizonte.
Bellos paisajes
de ensueño
bajo un cielo de verano,
separando nuestros sueños.
Tú en el continente
negro,
yo en la Europa de
los blancos.
Un racista tú por suegro,
uno más, uno de tantos.
Y pensé que no era justo
que el color de nuestras
caras,
una
morena, otra clara,
fuera causa de disgusto.
Pues la sangre es siempre roja,
aunque la piel sea distinta,
no hay nadie que
por las venas
fluya otro tono de
tinta.
Tus labios como los
míos,
tus ojos como mis
ojos,
que al mirarme con sonrojo
las largas noches de frío,
llenan de suspiros rotos
la pasión de tus quejíos.
Si mi semilla
germina
dentro de tu hermoso
vientre,
lo que nos traiga la luna,
tendrá la piel diferente,
pero sangre solo hay una,
de un carmesí muy potente.
Si Dios quiere
que suceda,
bajaré presto hasta el llano,
y en un barquito
de seda,
cruzaré ese mar que
queda
al alcance de la mano.
Y cuando te tenga frente,
verás que en cosas
de amores,
poco importan los colores,
al corazón de la gente.
Francisco Teodoro Sánchez Vera
2014
1 comentarios:
Interesante la historia que te sirve de prólogo, amigo Paco.¡Cuántos casos similares habrán ocurrido y cuántos no habrán tenido un final feliz! Todavía queda camino por recorrer en este tema, pero con poemas como este,precioso y seguramente "adelantado" para aquel momento en que fue escrito,son un paso importante y dicen mucho de los sentimientos de su autor.¡Cuántas cosas se pueden ver o imaginar desde "El Lario" o desde cualquier lugar de nuestro querido Alcalá! Felicidades. Un abrazo.
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