Fray Luis de León fue un gran poeta, filósofo y teólogo
del Siglo XVI, religioso agustino y catedrático de la Universidad de Salamanca.
Cuenta la Historia que mientras impartía clase en su
cátedra a sus numerosos alumnos llegó la Guardia Real, brazo ejecutor de la
Inquisición, y lo detuvo por haber sido denunciado por otro catedrático de
haber hecho una traducción herética del Cantar de los Cantares.
Conducido a una torre-prisión, estuvo encarcelado
injustamente más de cuatro años. Cuando finalmente fue absuelto, volvió a su
cátedra y ante una multitud de alumnos y personas que fueron a escucharlo,
esperando una diatriba espectacular y un discurso vengativo contra los culpables
de su encarcelamiento, se limitó a manifestar: "Como decíamos
ayer..." y continuó la clase donde la había dejado, dándole a
todos una lección magistral de realismo, pragmatismo y aceptación de la Divina
Providencia, incluso bajo la forma de errores ajenos.
Pues bien, aquí estamos nosotros, como debíamos haber
estado hace dos años, cuando un guardia real en forma de virus, nos encarceló,
nos modificó la vida y nos impidió proclamar el Pregón de Semana Santa.
Por ello, imitando a Fray Luis de León, como habríamos
dicho ayer (19 de Marzo de 2020), sin animadversión, sin ánimo de revancha, con
el mismo espíritu, devoción y fe,
DECIMOS:
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