Respetar
las cosas sagradas
Lo menos que podemos exigir en la
sociedad actual, en la que tanto alardeamos de “lo políticamente correcto”, es
que respetemos los valores de las “cosas sagradas” en el sentido en el que lo
utiliza Durkheim y que encontramos de muchas formas en la vida cotidiana. Tengamos
en cuenta que lo “sagrado” no se limita al ámbito religioso, sino
que aparece también y de manera permanente, en el mundo secular de todos los
tiempos.
Sagrados son esas series de valores en
los que, solidariamente, nos sentimos vitalmente adheridos y, por lo tanto,
identificados: son partes vitales de nuestra existencia humana personal,
familiar y colectiva. Sagrados son los rasgos que constituyen y fortalecen
nuestra identidad personal y social, sagrados son los caracteres que nos hacen
ser nosotros mismos y que, por lo tanto, deben ser reconocidos y respetados. Sagrados
son nuestro origen y nuestra historia común que, como es obvio, no dependen de nosotros,
pero que generan unos vínculos y unos compromisos de respeto y colaboración
mutua.
Esta
reflexión tan elemental se me ha ocurrido al tener noticias de la polvareda
agresiva que ha levantado la confesión verdadera o falsa –es lo mismo- de un
personaje que se declaraba “gay”. En mi opinión, los que han reaccionado con
rabia o con humor –“mal humor”- contra la condición social, familiar o personal
de ese hipotético ciudadano han mostrado exclusivamente su incontenible y
canallesca agresividad y sus maneras ilusorias de se sentirse fuertes para
abusar de los seres que ellos erróneamente consideran débiles o inferiores.
Mofarse de los homosexuales, de las mujeres o de los negros, por ejemplo, con
la intención de ridiculizarlos, humillarlos, escarnecerlos o menospreciarlos,
es intentar desposeerlos de su dignidad, el bien más valioso y más sagrado que
poseemos los seres humanos. Esas agresiones, por muy “graciosas” que a algunos
puedan parecerles, es simplemente la demostración de la propia indignidad.
José Antonio Hernández Guerrero
Catedrático de Teoría de la Literatura
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