A don Andrés Rábago García –“El Roto”-,
escritor, artista, pintor, dibujante, periodista, guionista, escenógrafo y,
sobre todo, eficaz comunicador, el Ayuntamiento de Cádiz le concede la Distinción Emilio Castelar tras valorar la eficacia
comunicativa de sus agudas sátiras sociales diarias.
La fuerza terapéutica de sus análisis críticos constituyen saludables vacunas
que nos ayudan a prevenir, a sanar o, al menos, a paliar, el avance pernicioso
de esa contagiosa epidemia que reduce a los ciudadanos a la condición de
individuos-masa: sus ilustraciones nos
alertan eficazmente del creciente peligro de debilitar la conciencia de
realidad y de anestesiarnos frente a las graves amenazas de deshumanización.
Esta Distinción a la eficacia
comunicativa reconoce su habilidad para explicar, de manera clara, los
principios democráticos y su destreza para transmitir, de forma persuasiva, los
valores éticos, sociales, estéticos y culturales.
La Corporación pondera el arte mayor
de este dibujante, la fuerza seductora de sus dibujos y,
sobre todo, la sencillez ácida de las hondas sugerencias de este certero observador de la
cotidianidad, capaz de arrancar nuestros mejores sentimientos de sorpresa y, a
veces, unas agudas punzadas de autocrítica. Con sus retratos, aparentemente ingenuos
y, al mismo tiempo, saludablemente cáusticos, nos acerca a quienes piden pan,
exigen justicia o ansían libertad. Si,
con su afilado ingenio, azota las injusticias sociales, con su finura intelectual
redime la prensa de la mediocridad.
Y es que “El Roto” es un maestro de
la ironía, un artista dotado de exquisita sensibilidad y de inaudita riqueza de
registros: domina la metáfora, la hipérbole, la paradoja, la parodia y, de
manera especial, la caricatura. En la amplia y variada iconografía de sus
personajes y en los relatos gráficos de situaciones dramáticas, él describe
minuciosamente los perfiles más característicos de la sociología de la nuestros
mundo actual. Su viñetas constituyen discursos elocuentes, crónicas amargas y
artículos eficaces que nos descubren las aspiraciones íntimas de los ciudadanos
con los que convivimos, con los que conmorimos y con los que luchamos.
El
Roto es un pintor que ilustra los conceptos abstractos mediante pintorescas anécdotas,
no por un afán meramente estetizante, sino con la explicita finalidad de
descifrar, de comprender y de captar el sentido de las actitudes y de los
comportamientos humanos y de las conductas inhumanas, con la intención explícita
de medir el sentido hondo de algunas teorías nocivas aceptadas pacientemente y de
denunciar los gérmenes patógenos de algunos hábitos sociales perversos
admitidos candorosamente.
La sorpresa que nos provocan sus viñetas
constituye una forma eficaz de invitarnos a que sintonicemos con su desacuerdo
con las realidades dolorosas o injustas. El sentimiento que sus gritos nos
infunden no es una reacción blanda de aceptación pasiva y desesperanzada, sino
la expresión, exigente y comprometida, de solidaridad. Su humor lúcido nos
provoca sorpresa, inquietud y sentido de la responsabilidad, tres maneras
diferentes y complementarias de abordar y de entender los sucesos, de
acercarnos para comprenderlos y para vivirlos desde el fondo de nuestras propias
entrañas, desde nuestras fibras más íntimas, desde nuestras conciencias éticas
y solidarias.
Su
humor -que define con
precisión y con fuerza los perfiles psicológicos y los papeles sociológicos de
nuestros conciudadanos- es
humano porque tiene que ver con el “humus”, con la tierra, con lo cercano, y su
lucidez, su fineza y su finura, expresiones de su agudeza para captar el fondo
de los problemas, constituyen la pruebas contundentes de su sagacidad, de su
olfato, de la sutileza de su mirada y de la perspicacia de su inteligencia. El
Roto es un sabio que está dotado de un exquisito paladar para descubrir la
vanidad, la hinchazón y la desnudez de los personajes importantes, es un
artista que
refleja la realidad social, siempre desde un punto de vista crítico y satírico,
con el que nos muestra la visión de una vida que está llena de sin razones y de
contradicciones.
Éstas
son las razones por las que el Ayuntamiento de Cádiz le otorga la Distinción
Emilio Castelar por su eficacia comunicativa.
18 de marzo de 2015
José Antonio Hernández Guerrero
Libros publicados:
·
Los hombres y las moscas (Ed. Fundamentos, Madrid, 1971).
·
Mitos, ritos y delitos (Ed. Fundamentos, Madrid, 1973).
·
Ovillos de baba (Ed. Castellote, Madrid, 1973).
·
Bestiario (Alfaguara, 1989).
·
De un tiempo a esta parte (Ediciones de la Torre, 1991).
·
Habas contadas (Promotion Popular Cristiana, 1994).
·
La memoria del constructor (Diputación de Sevilla, 1998).
·
El fogonero del Titanic (Temas de hoy, 1999).
·
El pabellón de azogue (Círculo de lectores i S.A./ Mondadori,
2001).
·
Bestiario (Medusa Ediciones, edición augmentada, 2002).
·
El guardagujas (Cat. Exposición Universidad de Alcalá,
2003).
·
El libro de los desórdenes (Círculo de Lectores i S.A./Mondadori, 2003).
·
El libro de los abrazos (Círculo de Lectores, 2004).
·
Vocabulario figurado (Círculo de Lectores i S.A./Mondadori, 2005).
·
El libro de los desórdenes (Reservoir Books, 2006).
·
Vocabulario Figurado 2 (Reservoir Books, 2007).
·
Viñetas para una crisis (Reservoir Books, 2011).
·
Camarón que se duerme (se lo lleva la
corriente de opinión) (Reservoir
Books, 2011).
·
A cada uno lo suyo (Reservoir Books, 2013).
·
Oh la l'art. (Libros del Zorro Rojo, 2013).
·
El libro verde (Reservoir Books, 2014).
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